Tres Puntas (Jueves, 20-08-2015, Gaudium Press) El sacerdote brasileño Padre Francisco de Paula Víctor será beatificado el 14 de noviembre próximo.
El anuncio de la fecha de beatificación fue dado por el Obispo de la Diócesis de Campanha, Mons. Diamantino Prata de Carvalho, después de haber recibido el «nihil obstat» (‘nada se opone’) del Vaticano.
Padre Víctor era hijo de esclavos y se torna el primer varón afro-descendiente del Brasil a ser beatificado. Nhá Chica, minera como Padre Víctor, también era negra y ya es considerada beata por la Iglesia Católica.
Sin duda, la Iglesia en el Sur de Minas está de fiesta. Después de veinte años de espera uno de sus hijos será beatificado.
La promulgación del Decreto concerniente a un milagro atribuido al Padre Víctor fue autorizada a la Congregación de las Causas de los Santos por el Papa Francisco desde el 5 de junio último.
Francisco de Paula Víctor, nació el 12 de abril de 1827 en la Villa de la Campanha de la Princesa, estado de Minas Gerais.
Él era Hijo de la esclava Lourença Justiniana de Jesús. Su madrina de bautismo fue Marianna de Santa Bárbara Ferreira, patrona de Lourença.
Aprendió el oficio de sastre, sin embargo, su deseo era ser sacerdote. Algo que para la época era un sueño irrealizable. Tanto era así que el propio Padre Víctor decía, sin dejar de sonreír, que caso él se tornase sacerdote «en las gallinas nacerían dientes».
La aspiración de Víctor encontró un inesperado giro, con la ayuda de la madrina-patrona y en la determinación de Mons. Antônio Vicoso, Obispo de Mariana que apoyó al joven de forma irrestricta.
Dificultades en el Seminario
El viejo párroco de la ciudad de Campaña, Padre Antônio Felipe de Araújo, inició al joven Víctor en los estudios y él, así, pudo ser admitido en el Seminario de Mariana. Allá él tuvo que soportar con paciencia las hostilidades y las discriminaciones de seminaristas que lo ponían para servirlos. Un seminarista reconoció sus méritos y afirmó: «Víctor esperaba, esperaba siempre». Fue con la virtud de la humildad, voluntad decidida y determinación en atender el llamado que Víctor conquistó la simpatía de todos.
Después de ser superados con un indulto todos los impedimentos canónicos, él fue ordenado sacerdote el 14 de junio de 1851. Parte de los habitantes, entretanto, no aceptaban que un ex-esclavo, negro, pudiese ser un padre y rechazaban hasta incluso recibir de él la comunión. Cuando, el 18 de junio de 1852, él fue mandado para Tres Puntas como vicario parroquial, hubo un gran desconcierto y no pocas reservas por parte de la población. Con humildad y paciencia, virtudes que le caracterizaban, y con un amor total por Jesucristo, el Padre Víctor no solamente fue aceptado, sino hasta inclusive pasó a ser «idolatrado» por sus parroquianos. Quedó como Párroco de Tres Puntas por más de cincuenta años, o sea, hasta su muerte ocurrida el 23 de septiembre de 1905.
El Padre Víctor fue sepultado en su iglesia parroquial. En 1999, fue realizado el reconocimiento canónico y sus restos mortales fueron depositados en un nuevo sarcófago.
Entre otras realizaciones, el Padre Víctor fue responsable por la construcción del Colegio Sagrada Familia, donde fue también profesor. El Colegio tenía un objetivo preciso: iniciar en los estudios a pobres y ricos, blancos y negros, convencido de que la cultura, aliada a la fe, podría fundar una nueva sociedad, unida y fraterna. Fue él quien construyó la Iglesia Nuestra Señora d’Ajuda, la mayor de Minas Gerais. Todavía se recuerda la caridad que lo caracterizó, de modo particular, se recuerda que él llevaba una vida personal de pobreza absoluta.
Ante el exorcista el demonio no decía su nombre. Se refería a él llamándolo de «aquel negro feo de los labios pronunciados». (JSG)
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