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Beirut (Jueves, 27-08-2015, Gaudium Press) El Obispo sirio-católico Flaviano Michele Melki será proclamado beato el próximo sábado, 29 de agosto, en el convento patriarcal de Nuestra Señora de la Liberación, en Harissa, Líbano.
Numerosos miembros de la jerarquía católica en oriente venidos del Líbano, de Siria y de Irak, participarán de la celebración. La ceremonia será presidida por el Patriarca Sirio-católico Ignatius Youssef III.
El decreto de beatificación será leído al inicio de la Divina Liturgia por el Cardenal Ângelo Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.
El Beato Flaviano Michele Melki fue muerto ‘in odium fidei’, el día 29 de agosto de 1915, en Djézireh, actual Turquía, durante la masacre perpetrada contra los armenios y miembros de otras comunidades cristianas, por instigación de los llamados Jóvenes Turcos.
Esperanza, coraje a todos los bautizados de Oriente Medio
«Hacía tanto tiempo que no era proclamado un beato en nuestra Iglesia», declaró el sacerdote sirio-católico Nizar Seeman.
«El Obispo Melki será el primero de los mártires sirio-católicos de aquel genocidio a ser elevado al honor de los altares. Pero su beatificación es un don para todos los cristianos de Oriente», dijo Padre Nizar.
«En estos tiempos de nuevas tribulaciones – observa todavía el sacerdote – su figura nos muestra la fe luminosa con la cual él vivió la terrible persecución de cien años atrás, dando esperanza y coraje a todos los bautizados. Recemos que por su intercesión todos seamos ayudados a profesar nuestra fe en Cristo en los países de Oriente Medio y que también los líderes políticos y militares sean iluminados para seguir por caminos que lleven a la paz».
No abjuró su Fe
Mons. Flaviano pertenecía a la Fraternidad de San Efrén y era obispo de Djézireh de los Sirios. Nació en 1858 en Kalaat Mara (actual Turquía), una villa al este de Merdin.
Fue asesinado el 29 de agosto de 1915.
Sobre la figura del futuro Beato, el postulador de la Causa, padre Rami Al Kabalan, dijo que él desempeñó un papel fundamental al alentar a las personas a defender la propia fe en las dificultades de la época.
Ordenado Obispo de Gazarta en 1913, vivía en extrema pobreza, habiendo vendido todos sus paramentos litúrgicos para socorrer a los pobres.
En el verano de 1915, mientras se encontraba alejado de su diócesis, decidió retornar a la sede episcopal al saber de las violencias que se estaban practicando contra sus fieles en aquella ciudad.
Fue preso por las autoridades otomanas el 28 de agosto, junto con el obispo caldeo de la misma ciudad.
Según testimonios oculares referidos por fuentes musulmanas, los dos obispos fueron muertos después de haberse negado a abjurar la propia fe y convertirse al Islam.
Michele Melki fue tratado con sevicia hasta la muerte y por fin decapitado. (JSG)
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