Santiago (Lunes, 31-08-2015, Gaudium Press) Ante una Catedral repleta de fieles, se llevó a cabo este sábado 29 de agosto, la consagración episcopal del nuevo Obispo Auxiliar del Arzobispado de Santiago de Chile, fray Jorge Concha Cayuqueo. En una ceremonia muy emotiva, el sacerdote franciscano recibió esta nueva vocación acompañado de sus hermanos, familiares y amigos.
La eucaristía fue presidida por el Arzobispo, cardenal Ricardo Ezzati, y concelebrada por varios obispos provenientes de otras diócesis del país que estuvieron presentes. En su homilía, el purpurado dijo al nuevo obispo: «Querido hermano Jorge, hoy comienzas una nueva etapa de tu historia: el Papa Francisco te envía para ser ‘pastor bueno en medio del pueblo de Santiago’. Por eso, afianzado en la esperanza que no defrauda, te invito a mantener fija la mirada en el Señor Jesús del cual serás constituido sacramento visible».
Y agregó: «Con los ojos fijos en Jesús aprenderás a ser el Pastor que conoce a sus ovejas, que las cuida y las defiende del lobo, que va en busca de la que se ha perdido y que da su vida por ellas. Con los ojos fijos en Jesús, aprenderás a ser Buen Samaritano, que no pasa de largo ante el hermano caído, el Buen Samaritano, que ve, se conmueve y sirve. Con los ojos fijos en Jesús, aprenderás a acoger a los pecadores, a consolar a los afligidos y a hacerte todo para todos en una caridad que no tiene confines».
«Que todos, hermanos, podamos ser instrumentos de paz, de amor y de fraternidad»
Al término de la comunión, y en compañía de los otros obispos auxiliares de Santiago, el recién consagrado descendió del altar y recorrió el pasillo central del Templo Catedral bendiciendo a los asistentes, quienes lo aplaudieron y le expresaron numerosas muestras de cariño. De vuelta en el altar, monseñor Jorge Concha agradeció a Dios por esta hermosa misión.
«Espero que pueda ser un buen pastor. Como lo hemos escuchado en la predicación de nuestro arzobispo y es el deseo de toda la Iglesia, de todos ustedes, conforme al corazón del Señor. Intento eso, con la ayuda de ustedes será un gran servicio, como tiene que ser la Iglesia, servidora, porque el Señor vino a servir no a ser servido», manifestó.
«Con la gracia de Dios, en primer lugar, pero entre todos como Iglesia, con la ayuda de ustedes, porque nadie es capaz de hacer solo, espero ser una contribución viva, a nuestra Iglesia, a nuestra sociedad chilena, para que sea más fraterna. Falta justicia, falta fraternidad, falta paz, falta amor y respeto por la vida, desde el comienzo hasta el final. Que todos, hermanos, podamos ser instrumentos de paz, de amor y de fraternidad», concluyó.
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