Muerte heroica de Sansón

Redacción (Martes, 08-09-2015, Gaudium Press) Luchando solito contra los filisteos, Sansón había obtenido victorias espectaculares, pero no tuvo la virtud de la vigilancia. Afectado por terrible sufrimiento, rezó a Dios y fue atendido.

La puerta de Gaza

Cierta ocasión, Sansón fue a un mal lugar en la ciudad de Gaza, que era toda cercada por una muralla. Cuando los habitantes supieron que él allá se encontraba, se emboscaron junto a la puerta de la muralla, planeando matarlo al rayar la aurora.

Pero él se despertó a la medianoche y se dirigió para la puerta; percibiendo la trampa de los enemigos, Sansón «agarró el doble portón de la ciudad con los dos postes y los arrancó con pernos y todo. Puso todo en la espalda y lo llevó a lo alto del monte» (Jz 16, 3), situado de frente.

Sansón derribando el templo Catedral de San Lázaro, Autun, Francia

Comenta el Padre Fillion que Sansón comienza a utilizar su fuerza para sí mismo; por eso luego ella le será retirada. Y agrega: «Su conducta moral es de las más lamentables; felizmente él hará reparación por la penitencia y por una última acción brillante.»

Y San Ambrosio afirma que Sansón consiguió matar un león, pero después se dejó dominar por la sensualidad.

Revela el secreto de su fuerza

Sansón se acabó enamorando de una mujer llamada Dalila.

Los jefes filisteos fueron a buscarla y le pidieron que sedujese a Sansón, para que él le contase cual el secreto de su fuerza, y cómo podría ser vencido. Si hicieres eso – dijeron ellos – «te daremos, cada uno de nosotros, 1.100 monedas de plata» (Jz 16, 5).

Dalila preguntó a Sansón de dónde provenía su prodigiosa fuerza. Respondió él que, si le amarrasen con siete cuerdas nuevas, estaría como cualquier otro hombre.

Los filisteos llevaron a Dalila siete cuerdas y, cuando él dormía, lo amarró, dejando entrar en el cuarto algunos filisteos, que quedaron escondidos. La mujer gritó: «¡Sansón, los filisteos!». Él se despertó y reventó las cuerdas.

Nuevamente, ella repitió la pregunta a Sansón, el cual respondió que se tejiesen las siete trenzas de su cabellera y las fijasen con un pino, él perdería su fuerza. Ella hizo eso, gritó las mismas palabras, y Sansón arrancó el pino.

La pésima mujer insistió diversas veces, con la misma indagación. Y él acabó revelándole el secreto: si le cortasen los cabellos, su fuerza se desvanecería.

Percibiendo que Sansón ahora le había contado la verdad, ella llamó a los jefes de los filisteos, que luego vinieron trayendo el dinero prometido.

«¡Señor Dios, acuérdate de mi!»

Dalila hizo que Sansón adormeciese, y llamó a un hombre el cual cortó la cabellera del héroe. Ella dio el mismo grito, pero Sansón estaba sin la antigua fuerza. Los filisteos lo agarraron, agujerearon sus ojos, lo prendieron con dos cadenas y lo lanzaron en la prisión para girar la muela del molino.

Afirma Fillion que ese trabajo era considerado humillante, además de ser muy penoso, reservado ordinariamente a los esclavos y las mujeres (cf. Ex 11,5). Y aclara que los cabellos de Sansón no eran sino un símbolo de su fuerza sobrenatural dada por Dios, la cual le fue retirada luego después de la violación completa y exterior del voto que él hiciera al Creador.

Con el pasar del tiempo, crecieron los cabellos de Sansón.

Los filisteos, cierto día, promovieron gran fiesta para ofrecer un sacrificio al ídolo Dagon, que era representado por la figura de un hombre con cola de pez. Para divertirse, mandaron traer a Sansón, y se burlaban de él.

En el edificio estaban todos los jefes de los filisteos y cerca de 3.000 personas, hombres y mujeres. En cierto momento, Sansón pidió a su joven guía que lo condujese junto a las columnas que sustentaban el edificio, a fin de descansar un poco.

Entonces, él rezó al Altísimo: «¡Señor Dios, acuérdate de mí! ¡Dame, oh Dios, solo una vez más la fuerza que yo tenía, para vengarme de los filisteos!» (Jz 16, 28).

Sintiendo que Dios le restaurara la prodigiosa fuerza, Sansón sacudió las columnas y el edificio vino abajo, matando a los que en él se encontraban. «Y fueron mucho más numerosos los que Sansón mató al morir, que los que matara cuando vivo» (Jz 16, 30).

Sansón fue juez de Israel durante 20 años. Su tumba, descubierta al inicio del siglo XX, contiene la inscripción: «Sepultura de Sansón».

Escribe Monseñor Cauly: Sansón fue un «hombre extraordinario, prefigura del Mesías por su nacimiento milagroso, por el prodigio de su poder y su fuerza, por el heroísmo de su muerte y la liberación que de ella vino».

Sansón fue un juez de Israel que luchó solo contra los filisteos, pues el pueblo israelí, «acobardado, no se atrevía a hacer con él causa común». Debido a esa grave ofensa a Dios, los hebreos, después de la muerte de Sansón, sufrieron calamidades entre las cuales la casi extinción de la tribu de Benjamín. En razón de un hediondo pecado con el cual se solidarizaron los benjaminitas, los miembros de las otras tribus guerrearon contra ellos, ocasionando la muerte de 25.000 benjaminitas.

Que María Santísima nos obtenga la gracia de utilizar los dones que recibimos únicamente para la gloria de Dios y de la Santa Iglesia, para de ese modo practicar la virtud de la restitución.

Por Paulo Francisco Martos

(in Noções de História Sagrada (44))
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1 – FILLION, Louis-Claude. La Sainte Bible commentée. 3. ed. Paris: Letouzey et ané. 1923, v.II , p. 167.
2 – Apud FILLION, Louis-Claude. Ibidem, p. 167.
3 – Idem, ibidem, p. 170.

4 – Cf. FILLION, Louis-Claude. Ibidem, p. 172.
5 – CAULY, Eugène Ernest. Cours d’instruction religieuse – Histoire de la Religion et de l’Église.4. ed. Paris: Poussielgue. 1894, p.92.

6 – FUSTER, Eloíno Nácar e COLUNGA, Alberto OP. Sagrada Biblia – versión directa de las lenguas originales. 11.ed. Madrid: BAC. 1961, p.279.