Río de Janeiro (Miércoles, 09-09-2015, Gaudium Press) La Parroquia Nuestra Señora de la Guía, en el barrio Lins de Vasconcelos, en la Capital Carioca, celebra la fiesta de la patrona el próximo día 13 de septiembre.
Habrá, al inicio de la mañana, a las 9:00 horas, procesión por las calles del barrio, que será concluida con misa solemne presidida por el párroco, padre José Lutz.
Lla parroquia escogió el día 8 de septiembre, fecha en que la Iglesia celebra la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora, para dar inicio a las conmemoraciones.
Ayer hubo misa a las 19:00 horas, seguida del Rosario de los Hombres y durante toda la semana habrá adoración al Santísimo Sacramento, recitación del rosario, Hora Santa para Oraciones y Santas Misas votivas.
El domingo, día 13 de septiembre, habrá misa solemne, a las 9:00 horas. En seguida, la comunidad parroquial realizará un almuerzo de confraternización.
El Padre José Lutz afirma: «Celebramos, especialmente, la manera como María guía la vida de la comunidad. En una sociedad marcada por conflictos, ella nos conduce e intercede por cada uno de nosotros, para promover la paz y la reconciliación».
Devoción
Según el Párroco, la palabra devoción viene del latín: «devotio». Devotio sería el acto de dedicar, sacrificar. Esa demostración de amor y respeto es transmitida por la Iglesia desde los tiempos más antiguos.
Se puede colocar como primer ejemplo de devoción a la Virgen María. Ella dedicó totalmente su vida al niño Jesús y a Dios, tornándose una columna que sustenta la Iglesia delante de las grandes tribulaciones.
La devoción a María Santísima jamás aleja al hijo del Padre. Al contrario, María intercede, es puente que une a cada cristiano al corazón sublime de Dios.
«La devoción popular, dice el Padre José, es muy importante para evangelizar, mantener y preservar la cultura y la fe católica, que a veces se pierde».
Y el párroco resalta: «La llegada de la imagen de Nuestra Señora desde la fundación del barrio animó al trabajo pastoral. Entonces, ella estuvo presente en todo el proceso de transformación en Lins de Vasconcelos. La devoción acompaña el crecimiento, la formación, la consolidación en la comunidad».
Protectora del pueblo de Dios
La devoción a Nuestra Señora de la Guía tuvo inicio en el siglo XV, cuando pescadores de la Aldea Villa del Conde, en Portugal, se habrían perdido en alta mar durante una tempestad.
Los hombres pidieron ayuda a Santa María para que volviesen seguros al puerto.
Entonces, surgió en el cielo una estrella titilante. Los marineros siguieron la dirección del astro y llegaron salvos a tierra firme.
De ahí nace el culto a Nuestra Señora de la Guía. Su imagen representa el amor de una madre que acoge a sus hijos, sustentando en el brazo izquierdo al niño Jesús, como protectora del pueblo de Dios. En la mano derecha carga una estrella, simbolizando la invocación por la cual es conocida y venerada: estrella guía, conductora de los hijos de Dios.
Historia
La llegada de la devoción a Río de Janeiro se dio alrededor de 1800 cuando, una vez más por causa de una tempestad. La tripulación portuguesa desembarcó en el puerto carioca trayendo una linda imagen de Nuestra Señora de la Guía, y que tenía como destino el Estado de Bahía.
Ellos creen ser un milagro, pues, los marineros estaban totalmente desviados de la ruta prevista, después de la tempestad. Entonces decidieron que la imagen estaría en Río de Janeiro, «el puerto seguro para el cual fueron milagrosamente conducidos».
Inicialmente, la Imagen estuvo guardada en la Iglesia San Francisco Javier, en el Engenho Velho, y después fue llevada por los devotos a la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, en el Engenho Novo.
En 1898, ya era grande la devoción, tanto que fue creada la Hermandad de Nuestra Señora de la Guía, que tenía como objetivo recaudar fondos para la construcción en la capilla al final de la recién abierta calle Lins de Vasconcelos, en una parte más alta del terreno, como era de costumbre de la época.
El templo actual se encuentra en el mismo lugar previsto para su construcción hace más de 100 años.
En poco tiempo, la imagen de madera fue trasladada para la capilla entonces erguida en su honra y donde ella se encuentra hasta hoy, en el nicho que se ve en el altar de la iglesia.
En seis años, por orden del arzobispo, Mons. Sebastião Leme da Silveira Cintra, la pequeña capilla fue elevada a la condición de parroquia.
La iglesia dedicada a la patrona del barrio Lins pasó por reformas en el año de 1963 para la construcción de un templo mayor.
La iglesia que quedaba en lo alto del morro se transformó en la residencia de los miembros del Sodalício de Vida Cristiana, una sociedad de vida apostólica, de derecho pontificio, nacida en Perú, que hoy se encarga de la administración de la parroquia.
El 16 de febrero de 1986, a invitación del Cardenal Eugenio de Araujo Sales, la parroquia fue confiada a los sodálites, siendo el primero y actual párroco, el Padre Lutz. (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Río de Janeiro)
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