Filadelfia (Jueves, 24-09-2015, Gaudium Press) «Dios es una familia». Con esta idea principal el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, comenzó su intervención en el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, Estados Unidos, el pasado 23 de septiembre. El purpurado reflexionó sobre la identificación de la familia con el misterio de la Santísima Trinidad y la acción del maligno en contra de esta institución, llamada a ser una poderosa fuente de evangelización. Su intervención llevó por título «La luz de la familia en un mundo oscuro».
Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press. |
«La relación con Dios y con nuestros hermanos seres humanos está llamada a ser reflejo de la Trinidad», indicó. El Cardenal advirtió que en esta institución fundamental también se centra la tentación del demonio, que desea hacer aparecer ese plan trascendente como una supuesta limitación a los seres humanos y propone a las personas decidir ellas mismas la forma como desean realizarse. Este engaño es la fuente de la pérdida del sentido de la vida y la espiral de violencia y mal que parece dominar el mundo. «Si no vamos a la fuente, que es el pecado, nada cambia».
Ante esta realidad, el Card. Sarah motivó a las familias a ser fuente de evangelización y a no retirar de ellas el auténtico sentido que Dios imprimió, no cediendo a la tentación de «suavizar la enseñanza de Cristo sobre el matrimonio y la familia». El purpurado recordó que el relato de la Creación en el libro del Génesis, donde se contiene la revelación sobre el designio de Dios sobre la naturaleza humana «no es simplemente una historia; es nuestra historia».
Ante la realidad de muchas personas «heridas por el pecado personal y el pecado de otros», que se apartan de la voluntad de Dios para la familia, el Purpurado pidió recordar que la Iglesia debe ser «un lugar para la regeneración» y que el arrepentimiento es el inicio de un camino de sanación. «Acojan la misericordia de Dios. Esta misericordia tiene un nombre: Jesucristo».
Finalmente, el Card. Sarah expuso la vocación de la familia católica «fuente de fe, esperanza y amor, que se hace la primera evangelizadora» y ofreció como ejemplo el testimonio de un bombero que a través de su testimonio de caridad obtuvo la conversión de su esposa, quien después de no haber querido tener hijos llegó a tener 10. Este hombre falleció durante el ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre y su esposa murió hace cinco años , y su gran familia se cuida mutuamente en la actualidad. «El mundo de hoy necesita santos con testimonios heroicos», exhortó el Cardenal.
Con información de National Catholic Register.
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