Luján (Viernes, 02-10-2015, Gaudium Press) Bajo el lema «Gracias Madre por estar siempre, ayudanos a cuidar nuestra Patria», tendrá lugar este sábado 3 de octubre la 41º Peregrinación Juvenil a Luján.
Miles de jóvenes argentinos se darán cita a las a las 12:00 en las puertas de la Parroquia San Cayetano de Liniers para recorrer 60 kilómetros a pie, con la imagen de Nuestra Señora como cabecera, para llegar en la mañana del domingo 4 al Santuario de la Virgen de Luján donde se celebrará la misa central que presidirá el Arzobispo de Buenos Aires y Primado de Argentina, Cardenal Mario Aurelio Poli. Lo acompañarán en el altar montado en las puertas de la Basílica el Arzobispo de Mercedes-Luján, Mons. Agustín Radrizzani, SDB, y los obispos de la región pastoral de Buenos Aires.
De acuerdo con el padre Juan Bautista Xatruch, uno de los animadores de la peregrinación, quien fue citado por AICA, «la idea es que todos los peregrinos prendan una vela en el lugar donde estén caminando hacia la Basílica. Que compartan esa luz, que la pasen de mano en mano y que alumbren el andar bajo el manto de Nuestra Virgen de Luján, la Virgen Gaucha y Patrona de los Argentinos».
Debido a la numerosa afluencia de fieles, que incrementa cada año, se contará con el apoyo de más de 6 mil voluntarios en 60 puestos sanitarios que estarán dispuestos a lo largo del recorrido procesional.
La primera Peregrinación Juvenil a Nuestra Señora de Luján ocurrió en octubre de 1975 tras el anhelo de un grupo de jóvenes quienes, guiados por un sacerdote, querían favorecer el encuentro de María con sus hijos. En aquella ocasión concurrieron alrededor de 30 mil jóvenes, un número que año tras año se intensifica, siendo la peregrinación uno de los eventos más importantes de la juventud católica en Argentina hoy.
Nuestra Señora de Luján es la Patrona de Argentina. La imagen, elaborada en terracota, iba a ser enviada a Brasil tras haber llegado al puerto de Buenos Aires en 1630, pero la carreta que la trasladaba a su destino final dejó de moverse de manera inexplicable al tercer día del recorrido; hasta que no se bajó la caja que contenía la imagen, el carro no se pudo mover. Entonces, quienes la transportaban entendieron que la Santísima Virgen deseaba permanecer en aquel lugar.
Otros sucesos inexplicables ocurrieron posteriormente. Cuando se trataba de entronizar la imagen en un oratorio, ella desaparecía y se encontraba siempre en lugar del primer suceso, lo que reforzó la devoción popular y obtuvo la aprobación para el apropiado culto a la advocación.
Con información de AICA.
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