Sevilla (Martes, 27-10-2015, Gaudium Press) España podría tener muy pronto una nueva beata; se trata de la sierva de Dios Madre Belén, de la Congregación de las Esclavas del Divino Corazón, cuya fase diocesana del proceso de canonización será clausurada el próximo 12 de noviembre Sanlúcar la Mayor, municipio de la provincia de Sevilla.
El acto de clausura del proceso diocesano será presidido por Mons. Juan José Asenjo, Arzobispo de Sevilla, en la capilla de las Esclavas de la localidad, junto al lugar donde reposan los restos mortales de la religiosa, cuyo proceso camino a recibir el honor de los altares comenzó en junio del año 2013.
Bautizada como María Dolores Romero, la religiosa nació en Sevilla en 1916. Desde su más tierna infancia debió enfrentar el dolor y la desgracia por varias pérdidas familiares, comenzando con su madre, luego de su abuela -quien había estado a su cargo tras el fallecimiento de su progenitora- y posteriormente la de su padre en 1928. Convirtiéndose el Colegio de las Esclavas del Divino Corazón de Sevilla en su segundo hogar, luego de quedar huérfana.
«Vivir de Dios, a su querer unida, buscando siempre cómo agradarle más/Vivir de Dios, en trabajo incesante, llevándole a las almas la paz y la verdad», era el lema de la religiosa sevillana. / Foto: Archidiócesis de Sevilla. |
Una década después, en 1938, María ingresa a la Congregación de las Esclavas, teniendo como misión el trabajo en el Colegio de Aracena. Luego va a Linares donde se acerca a la realidad de los marginados, realizando una fecunda labor apostólica con ellos. Fue allí donde halló también su vocación misionera, que maduró en 1953 cuando partió de misión a Dinápolis en Brasil. En este país también fue superiora del Colegio de su congregación en Volta Redonda.
Sobre ella habló en una ocasión la hermana Concha Montoto, quien conoció a la religiosa y fue citada por el diario ABC de Sevilla: «Antes de ir a Misiones, en el barrio de El Cerro, donde no había más que gitanos y animales, donde los primeras catequesis se daban en un corral de vacas. Ella llevaba en su corazón las necesidades del otro y la necesidad de comunicar el bien y la verdad de la fe».
En 1968 regresa a España luego de ser elegida consejera general de su comunidad. Al poco tiempo, dos años después, es escogida como superiora regional, y en 1975, nombrada superiora en Salúcar la Mayor.
Tras un tiempo difícil, de sufrimiento y de purificación muere en Sevilla el 12 de noviembre de 1977.
«Vivir de Dios, a su querer unida, buscando siempre cómo agradarle más/Vivir de Dios, en trabajo incesante, llevándole a las almas la paz y la verdad», era el lema que movía su existencia.
Con información de la Archidiócesis de Sevilla y ABC de Sevilla.
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