Madrid (Jueves, 05-11-2015, Gaudium Press) El Arzobispo de Madrid, España, Mons. Carlos Osoro, escribió una Carta Pastoral con motivo de la próxima celebración de la Fiesta de Santa María la Real de la Almudena, patrona de la Arquidiócesis de Madrid, en la cual alabó la grandeza de la Madre de Dios y destacó el compromiso de imitación que trae para sus devotos: «María nos invita permanentemente a hacer el cielo en la tierra, a ser morada de Dios para los hombres», indicó.
Imagen de Santa María la Real de la Almudena, Patrona de Madrid, España. |
María, morada de Dios
El prelado inició su comunicación recordando la narración de la entrega hecha por Jesucristo en la Cruz de su Santísima Madre a la humanidad. «Fue una conversación breve, pero llena de amor y pasión por los hombres», recordó el Arzobispo. «Necesitamos tener a quien, desde el momento de la Encarnación, dijo con todas sus fuerzas: ‘Me felicitarán todas las generaciones’. La felicidad llega a esta tierra, no la van a dar los hombres, es Dios mismo quien la va a entregar».
Esta glorificación de la Santísima Virgen, anunciada en el Evangelio, continúa presente. «La felicitamos porque está unida a Dios, porque vive con Dios y en Dios, porque trae a Dios del cielo a la tierra», explicó Mons. Osoro. «Él nos la entregó como Madre que acompaña y aconseja, que da la mano y hace de este edificio que es la Iglesia, formada también por Ella, un hogar, una casa de familia, donde su corazón latía durante nueve meses al unísono con el de Jesús».
En medio del camino a la morada celestial anunciada por Cristo a sus discípulos, el Arzobispo indicó el ejemplo de la Santísima Virgen, morada de Dios en la tierra, que permitió esta gracia al estar por entero disponible a la obra de Dios. «Ella dice con todas las consecuencias: ‘He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra’.», expuso el prelado. «Con esta afirmación de confianza y entrega preparó aquí, en la tierra, la morada de Dios. Con esta decisión hemos podido ver a Dios hecho Hombre. El cuerpo y el alma de María se transformaron en morada de Dios y así Ella abrió la tierra al cielo».
Deber de imitar a la Santísima Virgen
«María nos invita permanentemente a hacer el cielo en la tierra, a ser morada de Dios para los hombres», agregó Mons. Osoro; «a hacer de nuestras vidas hogar donde la experiencia de empaparnos del amor de Dios sea transparente, familia que engendra vida definida por la entrega, el servicio, el perdón, el poner por delante al otro, o el servir al que más lo necesita». El prelado invitó a los fieles a imitar la confianza, atención y obediencia de la Santísima Virgen como camino de santidad.
Finalmente, el Arzobispo se refirió a la advocación de Santa María la Real de la Almudena, a la que describió como «oculta en los muros de este querido Madrid». » Ella, que permaneció mucho tiempo oculta en los muros, nunca quiere imponerse; la Almudena es la que no se impone, la que no tiene pretensiones, la que quiere estar cerca de nosotros los hombres, la que se hace presente con la sencillez, nobleza y cortesía que simplemente nos ofrece a Jesús, el Rey del universo», explicó el prelado. «Aquí reside su realeza, ofrece lo más noble para ser humano, con el humanismo verdadero. Y este no es otro que Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre».
«María, con su ‘sí’, da el ‘sí’ de todos los hombres. Su ‘sí’ es la puerta por la que Dios pudo entrar al mundo», concluyó Mons. Osoro. «Y con tu ‘sí’ a Ella, das la belleza más grande a esta tierra, pues te enseña a ‘hacer lo que Él te diga'». Como preparación a la fiesta patronal, la Arquidiócesis celebra un Triduo del 5 al 7 de noviembre en la Catedral de la Almudena, con Eucaristías presididas por el Vicario Episcopal para el Clero y Canónigo de la Catedral, P. Andrés García de la Cuerda; el Capellán del Real Monasterio de la Encarnación y Canónigo de la Catedral, P. Joaquín Martín Abad, y el Deán de la Catedral, P. Joaquín Iniesta.
Con información de Arquidiócesis de Madrid.
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