Río de Janeiro (Lunes, 10-11-2015, Gaudium Press) Por medio de la imposición de las manos del Cardenal Arzobispo de Río de Janeiro, Mons. Orani João Tempesta, fueron ordenados seis nuevos sacerdotes al servicio del clero arquidiocesano, este último sábado 7 de noviembre, en la Catedral de San Sebastián.
En esta ocasión, los jóvenes candidatos al sacerdocio respondieron con «si» al llamado de Dios, inspirados en el Evangelio según San Juan, «Manifesté tu nombre a los hombres».
Bruno Vianna Citelli, uno de los ordenados y perteneciente a la Parroquia Anunciación a Nuestra Señora, en Riachuelo, contó que descubrió su vocación cuando estaba en preparación para recibir el sacramento del Crisma. «En el camino con otros jóvenes, tuve mejor oportunidad de conocer la Fe de la Iglesia Católica para que, de hecho, lo que yo hacía en la parroquia tuviese más sentido y, a partir de los encuentros de formación, comencé a cuestionarme. Esos cuestionamientos solo fueron respondidos de manera plena cuando ingresé al seminario, en el año 2008», dijo.
Además conforme Bruno, «la certeza del llamado, solo tendremos cuando el obispo imponga las manos sobre nuestras cabezas». «Tal vez solo haya una respuesta definitiva cuando estemos frente a frente con Cristo y Él confirme nuestra vocación. Pero cada día tengo más claro que, de hecho, seguir a Jesucristo, amar a la Iglesia encima de todo vale la pena y, más que eso, no amar por mí mismo, sino mostrar a aquellos que me son confiados el verdadero amor que Cristo tiene por cada uno de nosotros», añadió.
A su vez, Gabriel de Moraes Coelho, de la Parroquia de San Sebastián, en Indaiá, Petrópolis, declaró al site de la Arquidiócesis de Río de Janeiro que su vocación surgió en el año 2000, en un encuentro de jóvenes. «A partir de ahí me encanté más por la vida de la Iglesia, por las cosas de Dios y, de esa forma, me permití oír y hacer lo que Cristo quería para mí. En el año 2001, ingresé al Ejército y estudie Periodismo, al mismo tiempo que era coordinador del grupo joven y catequista en el propio batallón. Con todo el servicio de evangelización, sentí el despertar de la vocación».
Según Gabriel, cuando las personas le preguntan el porqué de seguir esa vocación religiosa, siempre responde que su deseo es el de «llevar a las personas aquello que un día yo recibí de los sacerdotes, de mis catequistas, de mis coordinadores. Llevar el amor de Dios, la misericordia de Dios a todas esas personas». (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Río de Janeiro
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