Redacción (Jueves, 12-11-2015, Gaudium Press) Era la tarde del 11 de noviembre de 1875 cuando en la Iglesia de María Auxiliadora en Turín ocurría una celebración muy especial: el envío de la primera expedición misionera de los salesianos. Diez de ellos recibían la bendición de San Juan Bosco, fundador de la Familia Salesiana, para emprender un viaje que los llevaría hasta Argentina, por la Patagonia. Hoy hace 140 años de este acontecimiento que sería el inicio de la expansión del carisma salesiano por el mundo.
La primera expedición ocurrió con motivo del Concilio Vaticano I cuando varios obispos le solicitaron a Don Bosco enviar salesianos a China, Egipto y Estados Unidos, pero luego de estudiarlo durante tres años, y tras descubrir aquel sueño revelación que había tenido con un lejano país -además de recibir una petición para ir hasta Argentina con los indios de la Patagonia-, se decide por este lugar como el destino de la primera misión salesiana.
Grupo de la primera expedición misionera salesiana junto a Don Bosco. |
Justamente fue el propio santo quien se soñó llevando el carisma salesiano a la Patagonia, como él mismo se lo narró al Papa Pío IX: «Soñé que estaba en una región salvaje, totalmente desconocida. Era una llanura completamente sin cultivar, en la cual no se veían montañas ni colinas, solamente en sus lejanísimos límites se veían escabrosas montañas. Vi en ellas muchos grupos de hombres que la recorrían. Estaban casi desnudos. Eran de altura y estatura extraordinaria, de aspecto feroz. Cabellos largos y ásperos. El color de su piel era oscuro y negruzco y sobre las espaldas llevaban mantos de pieles de animales. Usaban como armas una lanza larga y una honda para lanzar piedras. Estos grupos de hombres, esparcidos acá y allá, se dedicaban a diversas actividades. Unos corrían detrás de las fieras para darle cacería. Otros peleaban entre sí, tribu contra tribu; y un tercer grupo de batalla contra soldados blancos llegaba (…) Luego aparecieron en el extremo de la llanura varios grupos de misioneros de diversas comunidades religiosas y se dedicaron a enseñar el Evangelio a aquellos salvajes, pero ellos se lanzaban contra los misioneros con furor diabólico y los mataban (…) Yo pensaba: ¿Cómo lograr convertir a esta gente tan salvaje? Pero luego vi aparecer otro grupo de misioneros. Se acercaban a los salvajes con rostro alegre y precedidos de un grupo de muchachos».
Y fue así como el 14 de noviembre de 1875, tres días después de envío de Don Bosco y 13 días después de recibir la bendición del Sumo Pontífice, los 10 misioneros salesianos partían desde el puerto de Génova a la primera expedición de la congregación. Allí viajaban 6 sacerdotes y 4 hermanos coadjutores, teniendo como jefe al Padre Juan Cagliero, quien contaba por aquel entonces con 37 años. Junto a él estaba el Padre José Fagano, de 31 años, y el Padre Domingo Tomatis, de 26.
Embarcados en el vapor ‘Savoie’, los misioneros se llevarían un último mensaje de Don Bosco: «Hagan lo que puedan. Dios hará lo demás. Confíenlo todo a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y verán lo que son los milagros».
Durante el envío, San Juan Bosco también dijo a los misioneros: «Busquen almas, no dinero, ni honores, ni dignidades (…), cuiden de los enfermos, los niños, los viejos y los pobres y se ganarán la bendición de Dios y la benevolencia de los hombres (…), ámense entre ustedes, corríjanse mutuamente, no se tengan envidias ni rencores, que el bien de uno sea también el bien de todos».
Tras esta primera expedición siguieron otras en 1876, 1877 hasta 1888, el año de la muerte del santo, cuando ya había cerca de 150 salesianos y unas 50 Hijas de María Auxiliadora misionando por varios países de América del Sur. 140 años después más de 11 mil salesianos han sido enviados de misión a más de 130 países en los cinco continentes.
Con información de Misiones Salesianas.
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