Estambul (Viernes, 21-08-2009, Gaudium Press) «Turquía es un Estado laico en el cual existen algunas lagunas, pero donde hay capacidad para llenar esas lagunas haremos de todo para cumplir con nuestros deberes». La declaración es del primer ministro turco, Tayyip Erdogan, durante la visita que hizo el pasado día 15 al monasterio de San Giorgio de Kudunas, cuya propiedad es atribuida al Patriarcado de Constantinopla por la Corte de Estrasburgo desde 2008.
El premier turco fue acogido en la Isla de los Príncipes por el Patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo I. Allá, Erdogan almorzó con representantes de todas las minorías religiosas de Turquía (griegos, armenios, judíos, sirio-ortodoxos y católicos) después de la invitación de la administración del lugar. El primer ministro expresó la voluntad de que su presencia «pueda ayudar a encontrar una solución para las difíciles cuestiones que afligen a las minorías de este país, ya que los principios del partido Akp son contrarios a cualquier discriminación de naturaleza local, religiosa y ética».
«El primer ministro Erdogan nos dio muchas esperanzas y por eso estamos optimistas. Esperamos que con la ayuda de la Virgen, todo consiga alcanzar un éxito positivo», dijo el patriarca Bartolomeo en la ocasión. «La visita del premier fue significativa para exponer directamente todos nuestros problemas, aunque él ya los conozca bastante bien».
Entretanto, no siempre las minorías religiosas encuentran respuestas adecuadas para sus demandas: la Iglesia Católica, por ejemplo, expresó recientemente su propia decepción con la decisión del Ministerio de Turismo turco de usar exclusivamente como museo la Iglesia de Tarso.
Después de la conclusión del Año Paulino, durante el cual la Iglesia fue utilizada también como lugar de culto, fue nuevamente establecida la práctica de todos los otros lugares turcos en los cuales las celebraciones litúrgicas cristianas son permitidas solo ocasionalmente.
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