domingo, 24 de noviembre de 2024
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De Jericó a Medellín en Colombia: siguiendo los pasos de Santa Laura Montoya

Medellín (Martes, 17-11-2015, Gaudium Press) Al suroeste del departamento colombiano de Antioquia, a unas tres horas de camino en coche desde Medellín, se encuentra el municipio de Jericó , que el 26 de mayo de 1874 vio nacer a quien es hoy la primera santa reconocida de Colombia: Laura Montoya Upegui.

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Relicario de la Madre Laura situado en la habitación-capilla donde nació la santa.

En Gaudium Press hemos seguido las huellas de quien es considerada la «maestra de la misión en América Latina» en un recorrido que inicia justamente en la casa natal de la santa en Jericó, hoy epicentro de peregrinaciones de fieles procedentes de diversos puntos de Colombia e, incluso, de varias partes del mundo.

El lugar, situado muy cerca de la catedral de municipio antioqueño, es muy fácil de identificar; además de contar con la imagen de la Madre Laura, también posee en su exterior una placa conmemorativa a su beatificación ocurrida durante el pontificado de San Juan Pablo II. Ésta dice: «Laura Montoya Upegui nació en esta casa el 26 de mayo de 1874, beatificada por el Papa Juan Pablo II el 25 de abril de 2004».

En su interior se encuentra la habitación donde nació la santa, la segunda de los tres hijos del matrimonio de Juan de la Cruz Montoya y Dolores Upegui, hoy adecuada como capilla. De la habitación original de los tiempos de su nacimiento, solo permanecen las ventanas y la puerta. Hoy allí está el Sagrario con el Santísimo Sacramento y también una reliquia de la religiosa y misionera colombiana.

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Pila bautismal donde fue bautizada la religiosa colombiana.

Saliendo del lugar, al costado derecho, se encuentra la pila bautismal de la antigua catedral de Jericó donde fue bautizada Laura el mismo día de su nacimiento. Allí están las fotografías de toda la familia Montoya Upegui y un mural con el acta de bautismo firmada por el entonces párroco Jesús María Flores que dice: «En la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Mercedes de Jericó, a veintiséis de mayo de mil ochocientos setenta y cuatro, el presbítero Evaristo Uribe, mi coadjutor, bautizó solemnemente a una niña nacida el mismo día a quien nombró María Laura de Jesús, hija legítima de Juan de la Cruz Montoya y María Dolores Upegui, vecinos de esta parroquia. Abuelos paternos Cristóbal Montoya y María de Jesús González, maternos, Lucio Upegui y Mariana Echavarría. Fueron sus padrinos Domingo Montoya y Juliana Rafaela Montoya, por Cristóbal Montoya y María de Jesús González, a quienes se advirtió el parentesco y obligaciones que contrajeron. Doy Fe».

Al frente de la habitación, cruzando un patio central, se encuentra un pequeño museo fotográfico que relata la historia de la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena, fundada por la Madre Laura con el apoyo de Mons. Maximiliano Crespo Rivera, entonces Obispo de Santa Fe de Antioquia.

Santuario de la Luz

De Jericó, pasamos ahora a Medellín al Santuario de la Luz en el Barrio Belencito. Allí se encuentra el convento de las hermanas «Lauritas» -como son conocidas las religiosas misioneras de la Madre Laura-, y la habitación donde falleció la santa en la que permanece su cama y también varios objetos de devoción, entre ellos un cuadro con la imagen de San José, otro con San Juan Bosco y un Niño Jesús durmiendo, además de una gran cruz de madera. También se destaca una frase pronunciada por la religiosa: «Destrúyeme Señor y sobre mis ruinas, levanta un monumento para tu gloria».

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Habitación donde murió la Madre Laura y capilla donde reposan sus restos Mortales. Santuario de la Luz en Medellín.

Contigua a esta habitación, también se encuentra otra dedicada a la hermana Isabelita Tejada, de la Congregación de la Madre Laura, cuya causa de canonización está en proceso; además de una tienda con objetos de devoción de la santa y un museo etnográfico dedicado a las culturas indígenas que a lo largo de los años han sido misionadas por la Congregación.

Al salir de este espacio se ingresa al Santuario de la Luz, cuyo templo está dedicado a María Inmaculada y donde se hallan los restos mortales de la Madre Laura. Allí se destaca la frase «Con caridad perpetua de amé, por eso te atraje a mí» (Jr. 31.3).

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Gaudium Press / Sonia Trujillo

 

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