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Barcelona (Sábado, 21-11-2015, Gaudium Press) El Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, presidió el sábado 21 de noviembre una Eucaristía solemne en la Catedral de Barcelona en al cual se beatificaron 26 mártires religiosos de la Orden de los Capuchinos. Los mártires dieron su vida durante la Guerra Civil Española, «mantuvieron su corazón en Dios y no se dejaron llevar por los sentimientos del mundo», explicó la Arquidiócesis de Barcelona. «En definitiva, fueron auténticos seguidores de Cristo».
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El proceso de beatificación de los mártires dio inició en la década de 1950 y culminó exitosamente en junio pasado cuando el Papa Francisco autorizó el decreto de reconocimiento del martirio de Fray Frederic de Berga y veinticinco compañeros, sacerdotes y hermanos laicos, asesinados por odio a la fe entre junio de 1936 y febrero de 1937. La Comunidad de Frailes Capuchinos fue afectada notablemente por la persecución religiosa en España y solamente en Cataluña sus nueve conventos fueron saqueados y destruidos en julio de 1936.
La Congregación religiosa recordó en una circular especial con motivo de la canonización que la situación vivida por los mártires fue similar a la vivida actualmente por numerosos cristianos perseguidos, particularmente en Oriente Medio. «Se trata realmente de hechos inaceptables, pero olvidamos quizá demasiado fácilmente que cosas semejantes sucedieron por ejemplo en España hace menos de cien años y que entre las víctimas de aquella persecución figuran también muchos hermanos capuchinos», indicó el documento.
Para el momento en que se desató la persecución religiosa en España, los frailes capuchinos contaban con un grupo de personas cercanas dispuestas a acoger a los religiosos, pero la continuidad de la situación, que se extendió por dos años y medio, posibilitó que los anarquistas buscaran y hallaran a los frailes en sus refugios. «La persecución no fue simplemente obra de personas no controladas. Había instrucciones bien precisas para buscar y suprimir a los religiosos», recordó la Orden. «Se hicieron pesquisas en muchas casas privadas. Algunos de estos mártires tuvieron que huir de una a otra casa, sin poder hallar un refugio seguro».
«En el caso de fr. Martín de Barcelona, historiador que había estudiado en Lovaina y era autor de estudios sobre san Francisco y Raimundo Lulio, los revolucionarios detuvieron a toda la familia y, bajo amenaza de muerte, obtuvieron que los familiares revelaran dónde se encontraba» agregó el documento. «Otros, como fr. Vicenç de Besalú, tuvieron que dormir al raso durante muchos días».
La lista completa de los mártires beatificados, así como apuntes biográficos de cada uno de ellos pueden ser consultados a través del siguiente vínculo.
Con información de Arquidiócesis de Barcelona y Paz y Bien.
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