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Manaos (Lunes, 23-11-2015, Gaudium Press) Cerca de 50 personas, entre jóvenes y adultos del Área Misionera Divina Misericordia, tuvieron la oportunidad de recibir el Sacramento de la Confirmación (Crisma) de las manos del Arzobispo Metropolitano de Manaos el pasado viernes, Mons. Sérgio Castriani, que quedó a cargo de presidir la ceremonia realizada en la iglesia de la Comunidad Santa María, en Manaos.
Antes de la celebración, el Padre Flávio Gomes dos Santos hizo la presentación de los confirmandos, que fueron acogidos por el arzobispo y por los representantes de las seis comunidades que componen el área misionera arquidiocesana.
En su homilía, Mons. Castriani dijo que necesitamos continuar invocando al Espírito Santo, una vez que la faz de la tierra precisa ser renovada, aún más en los días actuales.
El prelado también comentó el reciente desastre ocurrido en Mariana, cuando dos diques que contenían desechos de una empresa minera cedieron, dando lugar a una avalancha que afecto hogares y campos: «Cuando yo vi el desastre de Mariana, aquel mar corriendo a 500 quilómetros destruyendo todo, matando la vida, expulsando a las personas, yo pensaba en este canto ‘Envía tu Espíritu Señor y renueva la faz de la tierra'».
Según el prelado, no solamente la tierra, sino también la humanidad vive actualmente momentos difíciles y dramáticos. «La humanidad es incapaz por sí sola de renovar la faz de la tierra y hacer que la vida surja. Nosotros precisamos de Dios, del Espíritu de Dios».
«Para que el mundo y las relaciones entre nosotros sean diferentes, el Espíritu nos es dado para que seamos parecidos a Jesús y cumplir la misma misión que Jesús tuvo que es servir a los otros. Para que nosotros nos tornemos pequeños servidores, poniéndonos al servicio de los otros. El mundo precisa de personas que vivan según el Espíritu de Dios. Ese es el desafío para nosotros», resaltó.
Al dirigir un mensaje a los confirmandos, Mons. Sérgio recordó que la Iglesia de Manaos se alegra mucho por el hecho de jóvenes que se encuentran dispuestos a ser confirmados y ungidos por Dios, lo que confirma la presencia del Espíritu en sus vidas. «La gran obra de la Iglesia somos nosotros, el cuerpo de Cristo, y el Espíritu nos es dado para que formemos un sólo cuerpo, la familia de Cristo, templos del Espíritu Santo y morada del Altísimo. Debemos vivir ese misterio ayudados por los padrinos y madrinas», explicó el arzobispo.
Para finalizar la celebración, Mons. Sérgio concedió la bendición a la capilla del sagrario, construida con la reforma realizada en la Iglesia Santa María. (LMI)
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