Londres (Martes, 24-11-2015, Gaudium Press) La plataforma web New Liturgical Movement destacó una reflexión sobre la necesidad de restituir la sensibilidad hacia el arte sacro y la Liturgia y un método inspirado en un protocolo de recuperación para niños víctimas de casos extremos de desnutrición. La idea, expuesta por el redactor Joel House, es recuperar un «apetito saludable por la Belleza».
Papa San Gregorio Magno. Foto: Fr. Lawrence OP. |
El autor refirió haber conocido al Dr. John Patrick, creador de un exitoso protocolo médico que ha salvado miles de vidas de niños alrededor del mundo. El profesional, en lugar de atender a los niños víctimas de desnutrición avanzada con soluciones ricas en nutrientes, diseñó un programa gradual de adaptación a los alimentos que podría asimilarse a la «rehabilitación» necesaria en las personas que no han tenido contacto con la belleza y que por este motivo se resisten al contacto con el arte sacro.
«Como músicos sacros con un apetito saludable por la tradición, la música de alta calidad y las liturgias gloriosas, es fácil ver la situación en varias parroquias y caer en desconsuelo», afirmó el autor. Para ofrecer una esperanza en estos casos, propuso el método del Dr. Patrick. El médico ofrecía a sus pacientes un caldo aguado inicialmente, esperando que fueran recuperando el apetito. Luego añadía sustancia al caldo, siempre dejando que el apetito antecediera al incremento, para finalmente permitir al niño comer cuanto deseara en el momento en que el apetito era normal. Según su experiencia, la posibilidad de éxito en la recuperación es de más del 95 por ciento.
De este método se desprende un consejo para los músicos en las parroquias. Además del apoyo de los sacerdotes, el compromiso de al menos varias familias de fieles y la capacidad y trabajo de los músicos, se requiere educación y prudencia para llevar a los feligreses de lo sencillo hacia lo más complejo y elaborado, permitiendo que la parroquia desarrolle un «apetito saludable por los aspectos más difíciles musicalmente de nuestra tradición», aconsejó House. «Simplicidad, elegancia, confianza y consistencia son el mejor camino hacia adelante, e involucrar a toda la parroquia es clave».
Este camino no ahorra trabajo, y exige esfuerzo y constancia incluso cuando ya se hayan obtenido frutos notables, explicó el autor. «La renovación personal, el perdón (…), un renovado sentido del propósito y la alegría cristiana, y la presencia real de Cristo mismo» son dones de la gracia que permiten realizar el proceso. «Hay un apetito saludable que podemos fomentar y recuperar a través de la liturgia bella y la música sacra. Entonces la música es elevada y se convierte en un medio de oración, no un fin en sí misma».
Con información de New Liturgical Movement.
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