Saúl intenta matar a David

Redacción (Miércoles, 25-11-2015, Gaudium Press) Después de la muerte de Goliat y la derrota de los filisteos, Saúl llevó a David consigo y no permitió que volviera a la casa de su padre.

David, llevando la cabeza de Goliat

Al son de panderetas y platillos, mujeres exaltan a David

Jonathan, Hijo de Saúl y gran guerrero, admiraba a David por su heroísmo y se formó entre ambos una santa amistad. Es el primer ejemplo de amistad narrado por la Sagrada Escritura. [1] Jonathan le dio lo que poseía de más precioso: su túnica, e «incluso su espada, su arco y hasta su cinturón» (I Sm 18, 4).

Saúl envió a David a diversas expediciones militares y, debido al éxito que el siempre obtenía, lo nombro jefe de los guerreros.
Volviendo David de una batalla en que fueron destrozados los filisteos, las mujeres de Israel «salieron al encuentro de Saúl, bailando y cantando alegremente al sonido de panderetas y platillos». Y cantaban:

«Saúl mató a millares, David, a decenas de millares» (I Sm 18, 6-7).

En vez de ponerse alegre con ese reconocimiento del valor de David, Saúl se dejó arrastrar por la envidia y llegó hasta querer matarlo.

Atentados criminales de Saúl contra David

Entonces, el «espíritu deprimente» se apoderó de Saúl llevándolo al delirio. Para alejar esa agitación «producida por el demonio» [2] y tranquilizar a Saúl, David comenzó a tocar cítara. Pero el impío Saúl arrojó una lanza contra David, que ágilmente esquivó; y, en el mismo día, repitió ese atentado criminal.

Después, David realizó diversas expediciones y siempre salía victorioso, pues «el Señor estaba con él» (I Sm 18, 14).

Saúl prometió dar a David su hija mayor como esposa -la cual, además, ya le pertenecía de derecho, como vencedor de Goliat (cf. I Sm 17, 25)-, siempre y cuando él combatiese «en las guerras del Señor» (I Sm 18, 17).

Guerras del Señor porque «Israel, siendo el pueblo de Yahvé, todas sus guerras eran guerras santas». [3]

Pero Saúl acabó haciendo con que ella se casase con otro. Además de envidioso, Saúl era mentiroso… Después, le dio su hija Micol como esposa.

Una estatua cubierta con piel de cabra

Reuniendo a su corte con su hijo Jonathan, Saúl les comunicó su intención de matar a David. Pero Jonathan, en conversación con su padre, defendió a David, diciendo que él arriesgó su vida matando a Goliat y proporcionó una gran victoria a todo Israel. Saúl acabó concordando con su hijo, y David volvió a la corte donde retomó sus funciones.

Nuevamente el impío Saúl fue tomado por el espíritu maligno, y David vino a tocar arpa a fin de exorcizarlo. Pero Saúl repitió el atentado homicida contra el fiel David, el cual esquivó y la lanza se clavó en la pared, tal es la fuerza con que fuera lanzada. Después de eso, David se dirigió rápidamente a su casa.

Sabiendo que su padre quería matar a David, Micol hizo con que él se bajase por la ventana de su residencia para escapar con vida.

Después ella tomó una estatua de ídolo, la vistió con un manto, cubrió su cabeza con piel de cabra y la colocó sobre la cama. «Es incontestable que David […] ignoraba la existencia de esa estatua en el interior de su casa; se trataba de una superstición de Micol». [4]
Saúl mandó emisarios para coger prisionero a David, y Micol les dijo que él estaba enfermo. Entonces, Saúl les ordenó que lo trajesen «con cama y todo» (I Sm 19, 15). Ellos volvieron a la casa de David, pero encontraron sobre el lecho la estatua…

Escuelas de profetas semejantes a las órdenes religiosas

De esa forma, se inicia para David una vida errante repleta de peligros, la cual solo terminará con la muerte de Saúl.

David fue al encuentro del profeta Samuel, que se encontraba en Ramá, y le contó todo lo que Saúl hiciera contra él.

En Ramá estaba instalada una de las escuelas de profetas, fundadas por el Profeta Samuel. «Dejadas en la sombra por algún tiempo por los escritores sagrados, ellas reaparecerán, muy florecientes, en la época de Elías y Eliseo. Aquellos que las componían en ese segundo período son llamados «hijos de los profetas’. Ellas tenían alguna semejanza con las órdenes religiosas, pues sus miembros vivían juntos bajo una regla común y bajo un superior común, dedicándose a la oración y al estudio de la Ley […]

Ellos cumplieron una misión importante en Israel, sea por sus ejemplos de virtud, sea por sus protestas enérgicas contra la idolatría, sea redactando los anales de su nación». [5]

Al ser informado de eso, Saúl envió a un grupo de emisarios a aprisionar a David, pero ellos «fueron tomados por el espíritu de Dios» (I Sm 19, 20) y nada hicieron contra David.

Eso sucedió con un segundo y un tercer grupo enviados por Saúl. Explica Fillion que los emisarios fueron «tomados por la gracia y sumergidos en un éxtasis sobrenatural, que les hizo cantar alabanzas al Señor y olvidar completamente su misión». [6]
Después el propio Saúl se dirigió a la localidad donde estaban Samuel y David, pero fue «aterrorizado por Dios y no pudo ejecutar su cruel designio». [7]

Saúl estaba corroído por la envidia, la cual es definida por San Agustín como «el odio por la felicidad de otros». Según Bossuet, ella es «la más baja, la más odiosa, la más vituperada de todas las pasiones; pero tal vez la más común y de la cual pocas almas se encuentren puras». [8]

Que María Santísima nos obtenga la gracia de la admiración humilde y desinteresada por las personas virtuosas, y que jamás seamos dominados por la envidia.

Por Paulo Francisco Martos

(in Noções de História Sagrada (51))

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1 – Cf. FILLION, Louis-Claude. La Sainte Bible commentée. 3. ed. Paris: Letouzey et aîné. 1923, v.II , p.286.
2 – Idem, ibidem, p. 287.
3 – Idem, ibidem, p. 288.
4 – Idem, ibidem, p. 291.
5 – Idem, ibidem, p. 292.
6 – Idem, ibidem, p. 292.
7 – Idem, ibidem, p. 293.
8 – CORNÉLIO A LÁPIDE. In BARBIER, SJ, Jean-André. Tesoros de Cornelio a Lapide. Madri: Librerias de Miguel Olamendi e outros. 1866, v. II, p.123.