Pamplona (Jueves, 26-11-2015, Gaudium Press) Multitudinarias fueron las misas de reparación por la profanación al Santísimo perpetrada en Pamplona, España, cuando fueron utilizadas hostias consagradas para formar una palabra que también buscaba agredir a la Iglesia. Convocadas por el Arzobispo de Pamplona, Mons. Francisco Pérez González, a las misas celebradas ayer en la catedral de Pamplona y la catedral de Tudela asistió -además de las miles de personas que abarrotaron los recintos sagrados- el clero diocesano.
«Me veo en la obligación de decir que la verdadera libertad de expresión no comprende un supuesto derecho a la ofensa o un desprecio a lo más sagrado. La cultura es belleza y armonía. Es patrimonio de fe y vida que nuestra tierra de Navarra goza desde siglos. La Eucaristía es el signo sacramental de la más excelsa hermosura que existe en toda la historia de la humanidad», manifestó monseñor Francisco Pérez en su homilía.
El prelado, que ofició en la Catedral pamplonesa, agradeció a los presentes el «testimonio que estáis dando aquí y en tantos lugares de Navarra» en rechazo a la profanación, al igual hizo un reconocimiento a «los casi cien mil testimonios de todos los cinco continentes que se adhieren a esta celebración y ruegan que se respete aquello que es lo más sagrado para los cristianos-católicos que es la Eucaristía».
Mons. Pérez resaltó también que «la Iglesia quiere ser mensajera de la civilización de la verdad y la justicia, la paz y el amor, esa civilización que sólo Dios nos puede ofrecer».
Con información y foto de Infocatolica
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