Redacción (Viernes, 27-11-2015, Gaudium Press) El hambre es uno de los mayores males que afecta a la humanidad. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más de 793 millones de personas alrededor del mundo sufren cada día de hambre. Igualmente, según cifras del Programa Mundial de Alimentos y las Naciones Unidas, 2 mil millones de personas no cuentan con las vitaminas y minerales que son necesarios para tener una vida sana.
Con la finalidad de atenuar esta grave problemática, que afecta principalmente a los niños y los jóvenes -donde la malnutrición es la responsable del 53% de las muertes tempranas en menores de 5 años-, los salesianos, en sus diversos territorios de misión, vienen trabajando por mejorar la calidad de vida ofreciendo ayuda alimentaria a través de sus escuelas, centros juveniles, oratorios y centros de formación profesional.
Estos programas alimenticios están, por lo general, incluidos dentro del horario escolar para así garantizar la distribución de la ayuda para quienes realmente la necesitan. También cuentan con comedores gratuitos donde los niños reciben, en gran parte de los casos, una comida al día, y se apoya en comedores sociales, además del reparto de alimentos entre las familias más necesitadas.
A través de sus escuelas, centros juveniles, obras para niños y jóvenes, y centros de formación profesional en el mundo, los salesianos trabajan por mejorar la calidad de vida de quienes necesitan / Foto: Gaudium Press. |
Sobre esto hace referencia el Padre Mark Hyde, presidente de ‘Salesian Mission’, citado por la Agencia de Noticias Salesianas (ANS): «la comida que los niños reciben en las escuelas salesianas también puede ser la única durante el día. Este alimento no sólo los anima a asistir a la escuela, sino que también les permite centrarse en la educación, que también necesitan, sin preocuparse de dónde llegará su próxima comida, debido a que ningún niño puede aprender con el estómago vacío».
Además de incluir la alimentación dentro de los planes de estudio, varios de los programas de los salesianos, a través de sus centros de formación, desarrollan sistemas alimentarios sostenibles e incluyen la educación agrícola, donde se les enseña a los jóvenes y sus familias cultivar alimentos que les permitan subsistir.
Este es el caso del «Don Bosco» de Kep, de Camboya, donde se ha implementado una granja para atender las necesidades de los jóvenes más pobres de la región.
Otro de los ejemplos, es la institución Austriaca ‘Jugend Eine Welt’ que promueve un proyecto agrícola en la localidad de Moatize, en Mozambique, con el propósito de formar a mil familias de siete comunidades rurales en proyectos innovadores con tecnología agrícola, así como en ganadería.
Así como el complejo agrícola y educativo «Don Bosco» en Sulcorna, en la India, que se convirtió en la primera institución agrícola de la zona. Allí se explotan unos 110 acres de tierra fértil en el ejercicio de los estudiantes, donde también se avanza en agricultura biológica.
Este es una de las principales labores que alrededor del mundo realizan las Misiones Salesianas, quienes tienen como fin principal trabajar para que los niños y los jóvenes tengan un mejor futuro, y contribuyan también al desarrollo de sus comunidades. «Concienciamos a la sociedad sobre los problemas que afectan a los más débiles para movilizar recursos y financiar los programas que llevamos a cabo en más de 130 países, dando así respuesta a las necesidades de educación, infancia, trabajo, alimentación, agua, salud y emergencias», describen desde el sitio web de las Misiones Salesianas.
Con información de ANS y misionessalesianas.org.
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