sábado, 23 de noviembre de 2024
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Fray Cantalamessa inició meditaciones de Adviento

Ciudad del Vaticano (Lunes, 07-12-2015, Gaudium Press) El Santo Padre participó, en la mañana del pasado viernes 4, en la Capilla Redemptoris Mater, en el Vaticano, de la meditación de Fray Raniero Cantalamessa, capuchino, quien dio inicio a una serie de predicaciones a propósito del Adviento. El Papa Francisco participó de esta primera meditación.

Como ya es costumbre, en el Adviento, el Predicador oficial de la Casa Pontificia propone al Papa y a sus colaboradores de la Curia Romana algunas meditaciones que son realizadas los viernes que preceden a la Santa Navidad.

En este año, Fray Cantalamessa trata en sus meditaciones el tema: «Cristo, Luz de los Pueblos»: una relectura cristológica de la Lumen gentium».

Lumen gentium

El Concilio Vaticano II completa 50 años y el predicador parte de cuatro documentos Conciliares para hacer su predicación -Constitución sobre la Iglesia (Lumen Gentium), sobre la Liturgia (Sacrosanctum Concilium), sobre la Palabra de Dios (Dei Verbum) y sobre la Iglesia en el mundo (Gaudium et Spes)- para hacer tres de sus conferencias meditativas.

Cuando se habla sobre el Concilio, casi siempre se trata de sus partes doctrinales y pastorales. Los contenidos específicamente espirituales en sus documentos ni siempre son tratados.

Por eso el predicador focalizó su atención sobre los textos de espiritualidad, útiles para la edificación de la fe.

Así es que Fray Cantalamessa se dedica, en los tres viernes de Adviento de este año a la meditación de la Constitución conciliar Lumen Gentium, o sea sobre la Iglesia, cuerpo y esposa de Cristo: «La llamada universal a la santidad y la doctrina sobre la Virgen María».

La temática en la Lumem Gentium

El tema «Cristo, Luz de los pueblos» hace referencia explícita a la Iglesia y es la llave para interpretar toda la eclesiología del Concilio Vaticano II. Se trata de una eclesiología cristológica, y, por lo tanto, espiritual y mística, antes que social e institucional; es una relación semejante a aquella entre el cuerpo y el alma que le da vida. Ambos son inseparables y necesarios, en vista de una evangelización más eficaz. De hecho, no se acepta a Cristo por amor a la Iglesia, sino a la Iglesia por amor a Cristo. pero, ¿»quién es la Iglesia»?

Fray Cantalamessa, recordó: «No se acepta a Cristo por amor a la Iglesia, sino se acepta la Iglesia por amor a Cristo». Y exhortó: «Procuremos amar a Cristo y hacerlo amar; así prestamos el mejor servicio a la Iglesia. Si la Iglesia es la esposa de Cristo, como toda esposa, ella genera nuevos hijos uniéndose por amor a su Esposo. La fecundidad de la Iglesia depende de su amor por Cristo».

Encuentro personal con Cristo

Según la eclesiología conciliar, «el encuentro personal con Jesús se da mediante los Sacramentos».

Por eso, al final de su meditación, el Padre Raniero Cantalamessa destaca, una vez más, el aspecto espiritual y existencial del encuentro personal con Jesús, no tanto como personaje, sino como persona; no de alguien del cual se habla, sino de alguien «con quien» se puede hablar, por haber resucitado y estar vivo.

No se trata apenas de uma memoria, sino de una presencia. (JSG)

 

 

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