Brasilia (Lunes, 07-12-2015, Gaudium Press) El inicio del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, la apertura de la Puerta Santa en el Vaticano y el Año de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco, fueron algunos asuntos tratados por el obispo auxiliar de Brasilia y secretario de la Conferencia Episcopal brasileña (CNBB) Mons. Leonardo Ulrich Steiner.
En el sitio de la CNBB, Mons. Steiner recordó que la apertura del Año de la Misericordia ocurre en concomitancia con la Fiesta de la Inmaculada Concepción.
«Esa fecha de la apertura de la Puerta Santa tiene un significado todo especial. Es la Virgen María la que nos trajo la misericordia por medio de Jesús. Ella acogió y dio a luz a la misericordia. A ejemplo de ella, somos también convocados a ser señales del amor y del perdón», comenta el prelado.
Sobre la apertura de las puertas-santas en las catedrales y santuarios del mundo, en comunión con la Iglesia de Roma, el 13 de diciembre, el prelado recordó que los templos son lugares de peregrinación y oración, capaces de favorecer el encuentro con la misericordia.
Además, Mons. Steiner cree que el gesto simbólico de abrir las puertas revela el encuentro. «Es un gesto muy bonito, el abrir la puerta. Cuando el hijo está por llegar, la madre abre la puerta. Al visitar a alguien, somos recibidos con las puertas abiertas. Representa dejar venir y, al mismo tiempo, ir al encuentro. Pasar por la puerta de la misericordia también es revelar la búsqueda por la misericordia».
En el Brasil, la Iglesia, por medio de las diócesis y comunidades, organiza diversas actividades a lo largo del Año Santo, y la CNBB publicará materiales de apoyo para este período.
«El Santo Padre al proclamar el Año de la Misericordia dio mucha importancia a las diócesis. Cada iglesia particular hará su peregrinación misericordiosa. Los obispos de la CNBB, por medio del Consejo Permanente, sugirieron que haya peregrinaciones en las diócesis, encuentros, celebraciones, producción de subsidios que auxilien las comunidades. Pero, cada diócesis debe encontrar medios para celebrar bien el Año de la Misericordia», resaltó.
El Año de la Misericordia, prosigue el secretario-general de la CNBB, deberá destacar los actos simples, de convivencia, respeto y perdón entre las personas, una vez que «la misericordia hace parte de nuestro día a día donde manifestamos nuestras relaciones. Por eso, hacemos la experiencia de las frustraciones, de las ofensas, del encuentro con los pobres y con aquellos que no poseen la misma fe. Entonces, es en la convivencia diaria que podemos percibir, a partir de la misericordia de Dios, que somos llamados a ser misericordiosos como el Padre». (LMI)
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