La familia es "la casa donde renace y vive Jesús": Arzobispo de Turín

Turín (Lunes, 21-12-2015, Gaudium Press) Dentro de las familias también se vive el Jubileo de las Misericordia. Esto es lo que ha expresado Mons. Cesare Nosiglia, Arzobispo de Turín,Italia, en una carta que dirigió a los hogares de la ciudad italiana con motivo de la Navidad, donde recuerda que la familia es una pequeña Iglesia doméstica, y como tal esta llamada a vivir el Año Santo iniciado el pasado 8 de diciembre. La misiva lleva por título «La casa donde renace y vive Jesús».

Mons. Cesare Nosiglia, Arzobispo de Turín.

«Queridas familias, es con gran alegría que abro las puertas de sus casas para revivir con ustedes el encanto y la profundidad humana y espiritual de la Navidad en el Año de la Misericordia. Les digo con convicción que las puertas de sus casas puede convertirse en ‘Puerta santa’ que el amor de Dios y su perdón dona en este año jubilar cada vez que se comprometen a vivir con sinceridad y sacrificio la experiencia del amor de esposos, para sus hijos y los ancianos, los pobre y los que sufren», expresa el prelado al comenzar la carta.

Continuando con el mensaje, el Arzobispo de Turín llama especialmente a los padres a no tener miedo a la «aventura más estupenda del amor, que consiste en donar la fe de Cristo a los hijos, pero también al cónyuge y a tantas familias en dificultad». «Allí, en cada casa – agregó- se cumple el Reino de Dios, actúa l salvación de Cristo, se realiza su diseño de amor para todos los hombres».

En este sentido, exhortó a las familias a mirar dentro, en lo más profundo del misterio del amor de Dios: «alcen la mirada y contemplen las obras de Dios que son presentes allí, dentro de su propia casa. Basta con mirar en los ojos de un hijo para comprender cuán grande ha sido el amor de Dios para ustedes».

Más adelante Mons. Nosiglia hace una invitación para vivir la misericordia: «En la fiesta de la Familia de Nazareth, el domingo después de Navidad, prueben a abrir sus casas a alguna persona o familia necesitada para una comida fraterna, un encuentro de alegría, una invitación de paz».

También recuerda que existe una unión estrecha entre la familia y la Iglesia, ya que en ambas se hace visible el amor trinitario: «No existe el gran misterio que es la Iglesia sin el otro gran misterio que es la familia cristiana. Este estrecho vínculo hace que entre Iglesia y familia exista un intercambio recíproco de dones: la familia está llamada a convertirse cada vez más una ‘pequeña Iglesia doméstica’ y la Iglesia está llamada a convertirse siempre más una familia».

Siguiendo la carta, el Arzobispo de Turín señala que la familia es la primera misionera al vivir «su misterio de amor, de unidad y de gracia», siendo su principal tarea «vivir en verdad y plenitud el amor que une, el servicio a la vida y a la educación de los hijos, las pruebas y el sufrimiento con fe y abandono a la voluntad de Dios, el testimonio diario de vida cristiana (…)».

Luego, agrega: «Ninguna obra misionera es tan grande y fecunda como la transmisión de la vida, fruto del amor de los esposos y de Dios juntos. La fecundidad no es solo un acto biológico, sino un acto espiritual que realiza la sacramentalidad de la vida de los esposos y se renueva continuamente en su vida también cuando son ancianos: permaneciendo siempre fecundos de vida y de gracia para los hijos y los nietos».

Mons. Nosiglia concluye exhortando a las familias a hacerse cargo, «con amistad y fraternidad», de aquellos que se encuentran en dificultad, especialmente de las familias «donde el amor se está apagando o ya se ha acabado, y las heridas marcan ahora la vida», también de las pobres y de quienes enfrentan situación de enfermedad.

Con información de la Arquidiócesis de Turín.