Ciudad de México (Martes, 22-12-2015, Gaudium Press) El Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo Primado de México, presidió la celebración del cuarto domingo de Adviento en la Catedral de la capital mexicana el pasado 20 de diciembre. En su homilía destacó el ejemplo de la Madre de Dios, inspiración para los fieles en el tiempo de preparación para la Navidad. «Si Adviento significa espera de Cristo, María es la ‘espera’ en persona», aseguró el Cardenal.
Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo Primado de México. Foto: Enrique López-Tamayo. |
«Hoy la Buena Nueva está impregnada por la dulce y silenciosa figura de María Santísima», explicó el Arzobispo. «Ella nos ayuda a intensificar y a concentrarnos en la ‘espera'», propia del tiempo de Adviento. «‘Aquel que ha de venir’ ya vino y vino por María; el misterio escondido por siglos en el seno del Padre, por nueve meses se escondió en el seno virginal de María».
El tiempo de gestación de la Santísima Virgen es para el purpurado un ejemplo real y concreto de la anticipación espiritual del advenimiento del Salvador «Fácilmente nos podemos imaginar a María, en un día como hoy, hace dos mil años, horas antes del acontecimiento del nacimiento del Redentor esperado por siglos», relató. «Su dulce rostro, lleno de alegría y de ansiedad por tener en sus brazos y dialogar con Aquel que por nueve meses ya llevaba en su seno. Espera para comenzar una nueva etapa de contemplación, de diálogo y de relación, con Aquel con quien ya tenía una comunión ininterrumpida de amor».
En la Santísima Virgen, «se revela el amor de Dios a la humanidad. El amor de Dios que quiere encontrar al hombre se abajó hasta tomar nuestra carne en el seno de María y naciendo de ella», concluyó el Card. Rivera. «Este es el misterio que celebraremos la Navidad ya próxima, preparémonos para recibirlo».
Con información de ACI.
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