Roma (Miércoles, 23-12-2015, Gaudium Press) El Penitenciario Mayor de la Iglesia, Cardenal Mauro Piacenza, por ocasión de las Fiestas de Navidad, escribió una carta a los confesores.
El Cardenal Piacenza les agradeció por su ministerio generoso y discreto que renueva los propios fundamentos de la Iglesia.
Cardenal Piacenza – Foto: Revistaeclessia.com |
Dijo el Penitenciario Mayor: «Será en función de la verdad y nuestro amor a Cristo que seremos juzgados», «un amor que no explota a los otros para servir a sus intereses mezquinos». «Pero nosotros sabemos que este amor está herido, contaminado por el pecado y que él tiene constantemente necesidad de ser purificado y salvado».
«Ninguna estructura social o eclesiástica, ninguna exhortación moral, ninguna estrategia meramente humana puede liberar el amor, tornarlo auténticamente verdadero» recordó el Cardenal.
«Solo la gracia de Cristo detenta un tal poder. Es Él, receptáculo del misterio de la misericordia, que puede tornar a los hombres libres para amar verdaderamente, pasando por la confesión sacramental. La absolución permite al penitente abrirse a la gran Verdad del misterio de Cristo, a la Verdad de su Misericordia».
El Cardenal Piacenza exhorta entonces a los confesores para ofrecer sus vidas al servicio de este reencuentro de Verdad y Misericordia. «Es a partir de la confesión que puede nacer la única paz de la cual el mundo tiene verdaderamente necesidad; confesión tras confesión, la humanidad será salvada de la polución más mortal, el pecado».
Convocando un Año Santo de la Misericordia, el Papa Francisco insistió para que el sacramento de la reconciliación y el ministerio de confesor sean colocados en destaque. Él concedió, durante el Jubileo, un poder especial a todos los sacerdotes católicos que podrán conceder la absolución a determinados pecados. Autorizaciones habitualmente reservadas a los obispos.
El Santo Padre exhortó a los sacerdotes para que se preparen para esta obra de misericordia que requiere mucho tacto.
El perdón de Dios a cualquiera que se arrepienta no puede ser negado, subraya el Papa, en particular cuando hay un corazón sincero, estas personas se aproximan al Sacramento de la Confesión para obtener el perdón del Padre. (JSG)
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