Mae Suay (Viernes, 08-01-2016, Gaudium Press) El Padre Valerio Sala, Misionero del Instituto Pontificio para las Misiones Extranjeras (PIME), relató a la agencia AsiaNews la llamativa recepción que los católicos de la misión Mae Suay de la diócesis de Chiang Mai en Tailandia dan al niño Jesús durante sus visitas. En esta región apartada y montañosa, 29 poblados indígenas dependen de las visitas esporádicas de los misioneros para mantener viva su fe.
El Niño Jesús es recibido festivamente y venerado con gran profundidad por los fieles indígenas. Foto: AsiaNews. |
La visita del Niño Jesús
«Estando solo, trato de visitarlos todos para Navidad, así que comienzo al inicio de diciembre», relató el sacerdote. «Este año también fue el inicio del Año Jubilar el cual es una oportunidad para presentar a la comunidad el significado del Jubileo y las obras espirituales y corporales de misericordia». Desde diciembre hasta el 2 de enero, el P. Sala había visitado 11 poblados, los cuales son habitados desde unas pocas docenas de personas hasta algunos cientos de habitantes. «El punto principal de cada visita es darle la bienvenida al Niño Jesús en cada poblado». comentó.
Ciertamente estas comunidades católicas apartadas dan su cálida bienvenida al Niño Jesús: «Las personas se reúnen fuera del poblado y tocan instrumentos tradicionales ( tambores, gongs y percusiones tribales) y entonces entran en procesión a la iglesia», relató el misionero, quien destacó el uso de estos elementos ancestrales para dar culto a Jesucristo. «Ellos se han convertido, pero han traído con ellos los signos y símbolos de su cultura porque nuestra doctrina no es negarles todo sino transformar todo a la luz del Evangelio».
La visita del Niño Jesús es la oportunidad de acercar a los pobladores a los sacramentos. Foto: AsiaNews. |
Aprovechando esta oportunidad, la procesión realizada con la imagen del Divino Niño es empleada para motivar a los fieles a realizar un examen de conciencia. Un catequista que habla la lengua local Akha explica a los indígenas los 10 mandamientos con ayuda de un diagrama, lo cual posibilita que el sacerdote pueda dedicar un tiempo a escuchar las confesiones de los creyentes y luego celebrar la Eucaristía. «Al final los fieles cantan una oración en frente del Niño Jesús y el poblado es confiado a su protección. Después de la oración ellos veneran al Niño Jesús besándolo. El beso es muy importante en una cultura como la Thai y la Akha donde los símbolos son sagrados», explicó el misionero. » Besar una estatua no es simplemente besar cualquier estatua, es abrazar al Señor. Es muy bueno ver cómo estos símbolos aquí en Tailandia todavía tienen el valor sagrado que han perdido en Occidente».
Un ministerio desafiante
El sacerdote también describió cómo celebró dos Eucaristías en la fiesta de la Navidad a las cuales consiguió congregar unas 300 personas provenientes de una docena de poblados en la vecindad. El ministerio del sacerdote, limitado por la ausencia de presbíteros en esta zona, es apoyado por los catequistas quienes traducen a Akha la predicación del sacerdote y las enseñanzas de la iglesia, lo cual es particularmente útil para llegar a los ancianos.
El P. Sala también comentó la dificultad para hacer entender el concepto del jubileo de la Misericordia: «Ellos vienen de una religión en la cual la vida está sujeta el poder de los espíritus que deben ser apaciguados con sacrificios y ofrendas. En los poblados no había perdón y aceptación, solamente la regla de la supervivencia», explicó. «Estos conceptos han llegado con el Evangelio. En las casas por ejemplo el niño es útil no porque sea visto como una plenitud de la unión de la pareja sino porque significa una fuerza de trabajo adicional y en la familia el vínculo emocional no se intenta en la manera como estamos acostumbrados. El concepto de un Dios que perdona ha revolucionado la forma como ellos viven».
«Lo que estamos tratando de ayudarles a entender es que el Evangelio debe ser encarnado en la vida diaria y no relegado a las pocas horas cuando yo los visito o celebramos juntos», concluyó el Padre Sala. «Este es un concepto que es difícil de transmitir porque ellos están acostumbrados a rituales y a apaciguar los espíritus y ya. El cristianismo, en su lugar, es aceptar a Jesús en sus vidas y permitirle cambiarlas».
Con información de Asia News.
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