Francisco a miembros del Movimiento de Trabajadores Cristianos: El trabajo es una vocación

Ciudad del Vaticano (Martes, 19-01-2016, Gaudium Press) El pasado sábado cerca de siete mil miembros del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Italia fueron recibidos en audiencia por el Papa, en la Sala Pablo VI.

Al llegar a la Sala Pablo VI, vivamente aplaudido, Francisco pronunció su discurso, agradeciendo los testimonios y la presencia de muchos que vinieron de lejos.

Vocación

Francisco afirmó al inicio de su pronunciamiento:»El trabajo es una vocación porque nace de un llamado que Dios dirigió al hombre, desde el inicio, para que cultivase y cuidase de la casa común.»

Y en seguida preguntó: «¿Cómo podemos responder a esta vocación, que nos invita a imitar activamente la incansable obra del Padre y de Jesús que, según el Evangelio, actúan siempre? A lo que él mismo respondió: «Quería sugerirles tres palabras, que podrían ayudarlos: la primera, es educación; la segunda es compartir; y la tercera y última, que les quería sugerir es testimonio».

Educación

Educación fue la primera de las palabras a ser explicada: «Educar es la capacidad de extraer lo mejor que tenemos en nuestro corazón». No es apenas enseñar una técnica o transmitir una noción… esto vale, de modo particular, para el mundo del trabajo, formar para un nuevo humanismo del trabajo, donde el centro de todo debe ser el hombre y no el lucro, donde la economía debe «servir al hombre» y no «servirse del hombre».

Compartir

Respecto al compartir, segundo aspecto indicado, Francisco explicó: «El trabajo no es solamente una vocación de cada persona, sino la oportunidad de entrar en relación con el otro. El trabajo debería unir a las personas, no distanciarlas, tornándolas cerradas y aisladas; él nos ofrece la oportunidad de compartir nuestro día con el hermano y preocuparse de él».

Testimonio

El Papa concluyó su discurso a los participantes del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Italia «alentándolos a dar testimonio» – según el estilo de vida de cada uno – de gratuidad, solidaridad y espíritu de servicio».

Pero, antes, Francisco explicó lo que entiende él de la tercera sugerencia de educación al trabajo, el «testimonio»: «El Apóstol Pablo alentaba a dar testimonio de fe también mediante las diversas actividades, venciendo la pereza y la negligencia: ‘Quien no quiere trabajar – dijo – que tampoco coma’. Hoy, hay tantas personas que les gustaría trabajar, pero no consiguen y hasta quedan sin comer». La justicia humana pide trabajo para todos. Pero, la misericordia divina también nos interpela: delante de las personas en dificultad y de situaciones difíciles debemos transmitir esperanza, confortar con la presencia, apoyar con la ayuda concreta. (JSG)