Ciudad del Vaticano (Domingo, 24-01-2015, Gaudium Press) En la meditación del Ángelus de hoy, el Papa Francisco recordó el pasaje evangélico que muestra al Señor entrando a la sinagoga de Nazaret, leyendo el rollo profético de Isaías: » ‘El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres’ (Lc 4, 18). Después, tras un momento de silencio lleno de la expectativa de todos, dice, en medio del estupor general: ‘Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír’ » (v. 21).
El Pontífice habló sobre ese amor especial de Jesús por los pobres, afirmando entretanto que «Jesús dirige la Buena Nueva a todos, sin excluir a nadie».
«Atención: no se trata sólo de hacer asistencia social, y menos aún actividad política. Se trata de ofrecer la fuerza del Evangelio de Dios, que convierte los corazones, sana las heridas, transforma las relaciones humanas y sociales según la lógica del amor. En efecto, los pobres están en el centro del Evangelio», afirmó el Papa.
El Papa concluyó su meditación pidiendo a la Virgen María que «nos ayude a sentir fuertemente el hambre y la sed del Evangelio que hay en el mundo, especialmente en el corazón y en la carne de los pobres. Y obtenga para cada uno de nosotros y a toda comunidad cristiana testimoniar concretamente la misericordia, la gran misericordia que Cristo nos ha donado».
Con información de Radio Vaticano
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