Cebú (Martes, 26-01-2016, Gaudium Press) «En Asia, los encuentros de oración atraen multitudes más numerosas que los eventos deportivos o que las formas de entretenimiento de cualquier tipo. Esta es la mejor respuesta a los militantes ateos, que continúan sosteniendo que la religión está desapareciendo»: Es lo que afirma Mons. Thomas Menamparampil, arzobispo de Guwahati y administrador apostólico de Jowai en la India, a propósito del 51 Congreso Eucarístico Internacional que se desarrolla en Cebú, Filipinas.
En entrevista con Asia News, Mons. Thomas Menamparampil declaró que «el Congreso Eucarístico Internacional en las Filipinas puede ayudar a revivir la fe en los católicos y motivar a todos aquellos reunidos en Cebú -una vez que regresen a casa- a sostener el testimonio de su fe con una fuerza espiritual redoblada».
Abordando otros temas, el Arzobispo de Guwahati declaró que la evangelización se torna efectiva y convence sólo «cuando las personas se percatan de que sabemos mirar más allá del horizonte, que somos personas de fe, que las realidades últimas de las cuales hablamos es la fuerza viviente con nosotros. Sigamos creyendo en lo imposible y sigamos tendiendo hacia ello como testimonio de nuestra fe».
Sobre la inculturación cristiana, Mons. Menamparampil dijo que no es ella una mera operación cosmética, sino «la impronta edificante de Cristo, un encuentro estimulante con su mensaje, donde lo mejor de una tradición empieza a florecer de manera maravillosa. Si hay posibilidad de autocorregirse y hay ejemplo de un compartir con otras comunidades religiosas, esto puede darse sólo en un contexto de crecimiento de las comunidades que mantiene su genio original».
Un buen apóstol no se desentiende de la vida de todos los días de las comunidades, ni de sus problemas específicos: «Creo que la mejor manera para ser testigos del Evangelio en Asia es unirse a las sociedades locales para afrontar los problemas de nuestra época. El Papa Francisco dice: «Nosotros evangelizamos cuando tratamos de confrontarnos con los diferentes desafíos que surgen» (EG 61)». El prelado señala que en el caso concreto de la evangelización y ayuda a los pobres, no se puede «limitar sólo a comida, agua, medicinas y cobertores el modo con el que podemos dedicarnos a las necesidades de los pobres. Debemos alentar el diálogo y la amistad que da sostén, la sabiduría aplicada al contexto y una visión de futuro, reafirmando la clemencia y los sueños que las personas consideran imposibles». «Los mejores misioneros son aquellos que saben cómo relacionarse con inteligencia con culturas, comunidades, tradiciones e identidades colectivas», enfatizó.
Con información de AsiaNews e Infocatolica
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