Papa se dirige a los participantes del Jubileo de la Vida Consagrada

Ciudad del Vaticano (Lunes, 01-02-2016, Gaudium Press) Esta mañana, en el aula vaticana Pablo VI, el Papa Francisco recibió a los participante en el Jubileo de la Vida Consagrada, último evento del Año de la Vida consagrada que concluye mañana con una misa celebrada por el Papa en la Basílica Vaticana.

Foto: Rome Reports

En el discurso preparado para este evento, el Papa invita a los consagrados a ser fieles a la llamada recibida, a crecer en la caridad, en la entrega y en la creatividad. Y les dejó tres «palabras»:

«La primera palabra es profecía, el carácter que distingue a la vida consagrada… La Iglesia y el mundo esperan que proclaméis con vuestra vida, incluso antes que con las palabras, la realidad de Dios: decir Dios», con el testimonio de vida.

La segunda palabra es cercanía: «Dios, en Jesús, se acercó a cada hombre y a cada mujer, compartió la alegría de los esposos de Caná de Galilea, y la angustia de la viuda de Naín; entró en la casa de Jairo tocado por la muerte y en la casa de Betania perfumada de nardo; cargó con enfermedade y sufrimientos, hasta dar su vida en rescate por todos. Seguir a Cristo significa ir donde Él iba; cargar sobre sí, como el buen samaritano, al herido que nos encontramos en el camino; ir en busca de la oveja perdida. Estar como Jesús, cerca de la gente; compartiendo sus alegrías y sus penas; mostrar con nuestro amor, el rostro paternal de Dios y la caricia maternal de la Iglesia».

Y la tercera palabra, la esperanza: «Dando testimonio de Dios y de su amor misericordioso… podéis infundir esperanza en nuestra humanidad marcada por diversas angustias y temores y, tentada a veces de desaliento». »Podéis hacer que la gente sienta la fuerza renovadora de las bienaventuranzas, de la honradez, de la compasión; el valor de la bondad, de la vida sencilla, esencial, llena de significado. Y también podéis alimentar la esperanza de la Iglesia».

El Papa concluye su reflexión pidiendo a los consagrados «repetir el ‘sí’ inicial a la llamada de Jesús», y llevar en los «corazones la alegría, sello distintivo de los seguidores de Jesús».

Con información de Radio Vaticano