Cebú (Martes, 02-02-2016, Gaudium Press) El pasado domingo finalizó el 51º Congreso Eucarístico Internacional de Filipinas.
Durante la Misa de cierre, y ante la multitud de fieles congregados allí, fue exhibido un video grabado por el Papa Francisco conteniendo su mensaje para la ocasión.
«En un mundo que necesita de ternura, perdón y de misericordia del Padre, es urgente que cada cristiano sea un misionero», pidió el Santo Padre.
«Hace exactamente un año, el Papa visitó las Filipinas después del paso del tifón Yolanda». «Constaté con mis ojos la fe profunda y la resistencia del pueblo», recordó Francisco.
Después de 500 años, continúa él en el video, «los Filipinos dan al mundo un ejemplo de fidelidad y de devoción profunda al Señor y a la Iglesia. Ellos se tornaron un pueblo de misioneros que esparcen la luz del Evangelio en Asia y hasta los confines de la Tierra».
Luego en seguida, el Papa Francisco vuelve al tema de este Congreso: «Cristo en nosotros, esperanza de la gloria».
Un tema de «gran actualidad», dice Francisco. Porque Cristo está «presente en su Iglesia por la Eucaristía», y «la presencia de Cristo en nuestro medio no es un confort, sino también una promesa de alegría eterna y de paz, «pero también es una invitación a ser misionero, «para poseer el mensaje de ternura, de perdón y misericordia de Dios a cada hombre, mujer y niño».
La Iglesia debe portar el «bálsamo del amor»
El mensaje del Papa a los fieles fue: sea misionero, «¡tamaña es la necesidad que el mundo tiene de ese mensaje! «, «las buenas nuevas del amor redentor de Cristo en un mundo que tiene tal necesidad de reconciliación, de justicia y de paz». Particularmente, subraya el Santo Padre, «cuando pensamos en los conflictos, en la injusticia y en las crisis humanitarias que marcan nuestro tiempo».
El Papa continúa su mensaje recordando que en este año Santo de la Misericordia, toda la Iglesia está llamada a «llevar el bálsamo del amor misericordioso de Dios a toda la familia humana, curar las heridas, trayendo esperanza donde el desespero parece tan frecuentemente haber asumido todo».
Más adelante el Papa interroga a cada uno de los fieles «¿estás listo para avanzar después de este Congreso Eucarístico?». Considerar dos acciones de Jesús en la Última Cena «que tienen que ver con la dimensión misionera de la Eucaristía»: la mesa de comunión y lava-pies.
Ir hasta los otros
El Papa además volvió a tratar de la importancia de compartir las comidas con los discípulos, «pero también, y por encima de todo, con los pecadores y marginados».
Como Jesús, es preciso «llegar a los otros, en un espíritu de respeto y apertura para compartir con ellos el don que recibimos».
Cuando «Jesús lava los pies de sus discípulos», esto es una «señal de humildad y amor incondicional». Así dice Francisco, nos enseña «la voluntad de ayudar a los otros, que también está en el corazón del discípulo misionero».
Por último, el Papa recordó a los fieles su papel misionero que debe ser mostrado «a sus familias, parroquias, comunidades e iglesias locales». Para ser un fermento para el mundo entero. (JSG)
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