Ciudad de México (Miércoles, 03-02-2016, Gaudium Press) La Comisión Organizadora del Congreso eucarístico arquidiocesano de Ciudad de México -que se desarrollará en la capital del país en junio próximo-, está promoviendo la realización de una Hora Santa los días previos al inicio del viaje apostólico del Papa Francisco, que tendrá lugar del 12 al 17 de febrero próximos.
Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz, coordinador del Congreso eucarístico arquidiocesano, ha convocado a las parroquias y comunidades diocesanas para que los días anteriores a la visita del Santo Padre, y particularmente el jueves 10 de febrero, realicen una jornada de adoración al Santísimo Sacramento pidiendo por el Sumo Pontífice y su periplo en México.
Esta Hora Santa en espera del Papa, explica Mons. Rivera Díaz, debe ser ocasión también para vivir el Año Santo de la Misericordia convocado por el Papa. Como se expresa en la oración propuesta para la adoración eucarística: «Jesucristo, Tú eres es el rostro de la misericordia del Padre. Reconociendo tu presencia en la Hostia Consagrada te adoramos y nos acogemos a tu amor y perdón. Derrama tu Espíritu en nuestros corazones, para que en este Año Santo, convocado por el Papa Francisco, experimentando tu redención, seamos misericordiosos con todos, especialmente con los más necesitados».
La CEM ya difunde una oración por la visita del Papa a México
Ya la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), a través de la web oficial del Viaje del papa Francisco a México, difunde la oración compuesta con motivo de la visita. al tiempo que ha lanzado una campaña de oración por el Papa, a través de las Redes Sociales con el HashTag #OraciónxelPapa.
La Oración por la visita del Papa es la siguiente:
Madre de Dios y Madre nuestra:
Santa María de Guadalupe:
Estamos alegres y agradecidos
porque viene a visitarnos
el Papa Francisco, Vicario de tu Hijo.
Viene a poner en tus manos
el Año jubilar de la Misericordia,
y a comunicarnos un mensaje
de esperanza y de concordia.
Ruega por él y por nosotros,
para que nos sepamos abrir
a lo que por su medio
Dios nos quiera transmitir.
Y que al partir nos lleve en su corazón,
y deje sembrados en el nuestro
frutos abundantes de conversión.
Amén.
Con información de Aica
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