Recife (Jueves, 11-02-2016, Gaudium Press) En mensaje Cuaresmal, el Arzobispo de Olinda y Recife, Mons. Fernando Saburido, destacó que «litúrgicamente, la Cuaresma provoca en los fieles un consciente proceso de conversión que resulte en un modo de vivir pascual, tanto en el plano personal, como a nivel comunitario y eclesial». Continuó el Arzobispo afirmando que «la conversión, que forma parte de la naturaleza del tiempo pascual, significa pasar de un modo de vivir centrado en nosotros mismos para una vida nueva, toda movilizada a partir de la misericordia».
«En este año del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco, cuya apertura solemne ocurrió el día 8 de diciembre de 2015, somos particularmente invitados a vivir, con más empeño, ese rico tiempo de conversión que comienza con el Miércoles de Cenizas, conforme orienta la Bula Misericordiae Vultus», escribe.
Las lecturas de la Cuaresma, prosiguió, más específicamente en este año del Evangelio de San Lucas, «nos indican que la misericordia no puede ser apenas un sentimiento de piedad delante del sufrimiento ajeno», una vez que «la misericordia debe ser el principio movilizador, la referencia de nuestra vida, tornándonos personas generadoras de justicia, paz, perdón y alegría».
«La misericordia nace en lo más íntimo del corazón humano, pero debe también expresarse en el espacio público, provocando la transformación de la realidad. Por eso, una de las exigencias de la misericordia es el cuidado y el respeto a los derechos de cada persona y de la comunidad humana, como un todo».
«El Año de la Misericordia habla a nuestras parroquias para que sean más y más acogedoras y abiertas a todas las personas de buena voluntad, católicas/cristianas o no. Especialmente nosotros, pastores del pueblo de Dios, cuidemos para que nuestro lenguaje y actitud pastoral nunca sean de quien detiene en las manos el poder sagrado; somos apenas testigos e instrumentos de un Dios que es Amor y acoge a todos, como el padre del hijo pródigo (Evangelio del 4to. domingo de la Cuaresma). Solo puede ser esa nuestra actitud, al ejercer el ‘ministerio de la reconciliación’. El Papa nos recuerda que somos servidores y no detentores del perdón divino. Ese misterio del perdón se expresa en el sacramento de la penitencia, realizado de un modo más pascual. Cómo será importante que en este Año de la Misericordia podamos beneficiarnos y ofrecer más intensamente la gracia de este sacramento, inclusive, poniendo a disposición para el ‘mutirão’ [reunión] de atendimiento que ocurrirá en la Matriz del Santísimo Sacramento, en Buena Vista, Recife, organizado por la Comisión Arquidiocesana de Liturgia», agrega.
Conforme Mons. Saburido, en la Arquidiócesis de Olinda y Recife, la Cuaresma de 2016 está en comunión con el inicio del ministerio parroquial de los hermanos presbíteros en sus nuevas parroquias. «Ciertamente, estos cambios traerán a los propios sacerdotes y a las comunidades muchas ganancias espirituales y pastorales. En algún caso, en razón del simple hecho del cambio, habrá un cierto sufrimiento que, todavía, con el pasar del tiempo, será absorbido, por entenderse que ese gesto practicado con amor, en la obediencia y consciencia más amplia de Iglesia, representará un beneficio para todos. Todas las parroquias forman parte de esta Iglesia Particular, en la cual, unidos, ejercemos nuestro ministerio, en la condición de discípulos misioneros. Por eso, aunque cada uno tenga su propio modo de ser, debemos formar un solo cuerpo para vivir la unidad que Dios espera y pide de nosotros», resalta. (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Olinda y Recife
Deje su Comentario