viernes, 22 de noviembre de 2024
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Proteger a los niños del consumo de pornografía piden Obispos filipinos en Carta Pastoral

Manila (Viernes, 12-02-2016, Gaudium Press) Los Obispos de Filipinas, que se preparan para el inicio de su Asamblea Plenaria en la ciudad de Cebú, hicieron un llamado a los padres de familia para que prevengan en sus hijos los estragos morales del consumo de pornografía, especialmente mediante la vigilancia de la actividades de los menores en Internet. El mensaje de los prelados es titulado «Creados para el amor, creados para la castidad» y fue publicado el día 10 de febrero con motivo del inicio del tiempo de Cuaresma.

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Los Obispos de Filipinas se congregarán en la ciudad de Cebú para la Asamblea Plenaria de 2016. Foto: CBCP News.

«Una de las sorprendentes revelaciones del Evangelio es que cada persona humana está creada tanto para el amor humano como para el amor divino», recordaron los Obispos. «Esa es nuestra gran vocación, disfrutar la amistad de Dios y del prójimo, ya sea amigo o extraño, en Dios». Es precisamente el amor-caridad la virtud teologal que transforma al hombre y lo prepara al encuentro definitivo con la Santísima Trinidad. «Como Jesucristo lo reveló a través de su vida y especialmente a través de su muerte en la Cruz, el amor verdadero y divino es la donación sacrificial pero fructífera de sí mismo».

Debido a la vocación del ser humano al amor divino, y de acuerdo con las características de este amor, los prelados afirmaron que los seres humanos son también «creados para la castidad». «La castidad involucra la exitosa integración de la sexualidad dentro de la persona», enseñaron. «Una persona casta domina sus deseos de placer sexual de forma que pueda experimentar y vivir las relaciones que son verdaderas, buenas y bellas».

Las manifestaciones sexuales del amor humano están por tanto reservadas exclusivamente al matrimonio y todas las personas tienen una dignidad por la cual nunca deben ser usadas para la gratificación de otro. «La castidad toma tiempo para obtenerse y, frecuentemente, sólo después de luchar, pero es ingrediente integral y necesario del auténtico amor», comentaron los Obispos. «La castidad demanda autodominio no para reprimir sino para llevar a la perfección nuestra habilidad de amar verdaderamente como Cristo mismo nos ama».

La corrupción y el mal de la pornografía

Tras exponer la belleza y dignidad de la virtud de la castidad, los prelados condenaron el consumo y elaboración de pornografía, que calificaron como «un grave mal que ofende contra la castidad porque pervierte y socava el acto conyugal, la sexual e íntima donación mutua del esposo y esposa, que debería ser disfrutado como un don de Dios privado y personal». También recordaron que la pornografía «hiere la dignidad de todos los involucrados, actores, consumidores, productores y distribuidores, ya que cada uno es deshumanizado por una industria que existe solamente para cosificar personas para un lucro ilícito».

El documento destaca cómo este mal afecta a cada uno de ellos, convirtiendo a las personas en «objetos que son comprados, vendidos y usados por otros», con graves consecuencias espirituales y también para la salud corporal y psicológica. Además de la maldad de la producción de pornografía, los Obispos alertaron sobre los efectos de su consumo, que incluyen una menor capacidad para tener relaciones sentimentales auténticas, el menosprecio de la pareja y la promoción de «una visión distorsionada de la sexualidad humana que está frecuentemente ligada a la violencia, el abuso y la victimización de otros, especialmente las mujeres».

«La pornografía es especialmente dañina para los niños y los jóvenes que están comenzando a descubrir su vocación a amar y ser amados», alertaron los prelados, «porque les hace difícil entrar en la relación desinteresada de mutua confianza, sacrificio y respeto que es necesaria para le matrimonio». También citaron estudios que comprueban los estragos de este consumo sobre la idea del amor, el matrimonio y la crianza de los hijos, además de la correlación con conductas de alto riesgo.

Finalmente, los Obispos señalaron con preocupación sobre cómo Internet se ha convertido en el canal más efectivo de la propagación de estos contenidos, al hacerlos accesibles, aparentemente anónimos e incluso gratuitos. Por estos motivos, alertaron sobre la invasión de la pornografía en los hogares e instituciones, afectando en particular a los jóvenes. «Estos jóvenes son los futuros esposos, padres y madres de nuestra nación, cuya capacidad de amor dador de sí ha sido profundamente herida», expresaron. «Por tanto, los padres de familia deber asumir la responsabilidad de monitorear y supervisar el acceso de sus hijos a Internet».

El regreso a la misericordia de Dios

Todos los afectados por la pornografía deben, finalmente, confiarse al poder restaurador de Jesucristo, rostro de la misericordia del Padre. «El Padre de la Misericordia los está esperando para perdonar y sanar las heridas de su corazón de forma que descubran y experimenten el auténtico amor», recordaron. A los productores y distribuidores advirtieron las palabras del Evangelio: «A cualquiera que haga caer en pecado a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que lo hundieran en lo profundo del mar con una gran piedra de molino atada al cuello». Los prelados recordaron que no existe pecado tan grave que no pueda ser perdonado y los llamaron enfáticamente a renunciar a esa actividad.

A los consumidores, «quienes luchan con la pornografía, no permitan que la vergüenza, el temor o el orgullo eviten que vuelvan a Dios, Padre de Misericordia, quien los ama más allá de otros amores», concluyeron, motivándolos a la práctica de la virtud, alimentada por la vida sacramental frecuente, especialmente la Confesión, y la confianza en el poder y la gracia de Dios para resistir a las tentaciones. «Que María, Madre de la Vida, Virgen Purísima nos lleve al corazón de Jesús, quien prometió que los puros de corazón serán capaces de ver a Dios».

El texto completo del documento (en inglés) puede accederse a través del siguiente vínculo.

Con información de CBCP News.

 

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