Kota Kianbalu (Viernes, 12-02-2016, Gaudium Press) En su mensaje con motivo del Año Nuevo Lunar que se celebró el pasado 08 de febrero, el Arzobispo de Kota Kinabalu, Malasia, Mons. John Wong, envió un mensaje a la población católica en el que pidió rescatar el valor de la familia según el plan divino. El prelado propuso como propósito para nuevo año incluir «construir una familia de fe y felicidad».
Mons. John Wong,Arzobispo de Kota Kinabalu, Malasia. Foto: UCANews. |
Las celebraciones de año nuevo convocan tradicionalmente a las familias, motivo por el cual el Arzobispo hizo un balance de la vida familiar en la actualidad, alertando sobre los cambios en los valores que afectan a esta institución, núcleo de la sociedad. La secularización ha provocado que «la riqueza material se vuelva la máxima prioridad» y el tiempo dedicado al trabajo y la aumulación «ha sido a expensas del tiempo dedicado a alimentar los matrimonios y cuidar de los hijos».
El prelado recordó que los dos padres son los pilares sobre los que se cimenta la familia y son quienes tienen el papel de mayor influencia sobre sus hijos. «El amor entre marido y mujer sirve como cimiento para construir una familia feliz. Los niños aprenden acerca del amor y cómo amar del amor que sus padres comparten». Este ejemplo es mucho más valioso que los bienes materiales que puedan regalar a sus hijos, así como la transmisión de la fe a través de la práctica cotidiana.
«Como católicos, ¿están nuestros hogares llenos de la presencia de Dios?¿Tenemos un lugar en casa para la Sagrada Escritura, el Crucifijo y objetos sagrados? ¿Oramos y leemos la Biblia juntos?», cuestionó Mons. Wong. «Si no, hagamos que eeste nuevo año un nuevo comienzo para crecer juntos en Cristo como familia». El prelado propuso el modelo de la Sagrada Familia como una escuela para aprender los valores auténticos que deben cimentar la vida.
El prelado denunció las altas tasas de divorcio de la actualidad y las atribuyó a la búsqueda de la satisfacción personal por encima del bien del otro, el egoísmo y la resistencia a perdonar y a aceptar al otro tal cual es. Por este motivo recordó el pasaje de la Carta a los Corintios: «El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta».
«Oro para que cada familia crezca en amor y pasión por la oración, la Palabra de Dios y la Eucaristía, ya que son las vías para hacerse más íntimos con el Padre Misericordioso», concluyó el prelado. «Les deseo a todos paz en este nuevo año y que sus días estén llenos de la misericordia de Dios.
Con información de Arquidiócesis de Kota Kinabalu.
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