Tuxtla Gutiérrez (Martes, 16-02-2016, Gaudium Press) En su encuentro con las familias, ayer, en el estadio «Víctor Manuel Reyna» de Tuxtla Gutiérrez, en México, el Papa Francisco invitó a encontrar, en la fuerza proveniente del Espíritu Santo, las «ganas» con las que hay que enfrentar las dificultades de la vida: «Creo que es lo que el Espíritu Santo siempre quiere hacer en medio nuestro: echarnos ganas, regalarnos motivos para seguir apostando, soñando y construyendo una vida que tenga sabor a hogar, a familia», afirmó el Pontífice, insistiendo en el auxilio de Dios en los momentos difíciles de la humanidad, por ejemplo tras el pecado original, o con el pueblo escogido en el desierto ofreciéndoles el maná, o con el envío de su Divino Hijo, en la plenitud de los tiempos.
«De la misma manera, todos los que estamos acá hemos hecho experiencia de eso, en muchos momentos y de diferentes formas: el Padre Dios le ha echado ganas a nuestra vida. Podemos preguntarnos: ¿Por qué? Porque no sabe hacer otra cosa. Él sabe echarnos ganas, ¿por qué? Porque su nombre es amor, su nombre es donación, su nombre es entrega, su nombre es misericordia. Eso nos lo ha manifestado con toda fuerza y claridad en Jesús, su Hijo, que se la jugó hasta el extremo para volver hacer posible el Reino de Dios», expresó el Pontífice.
El Papa meditó sobre los adolescentes en situaciones difíciles, de precariedad, no solo económica, sino también la de la «soledad y el aislamiento». El Papa Francisco convocó a desarrollar «legislaciones que protejan y garanticen los mínimos necesarios para que cada hogar y para que cada persona pueda desarrollarse por medio del estudio y un trabajo digno» y a que todos asuman un compromiso personal «en el servicio y la entrega a los demás». Asimismo el Papa invitó a luchar por una la familia «que está siendo debilitada».
«Me han pedido que rezara por ustedes y quiero empezar a hacerlo ahora mismo, con ustedes. Ustedes queridos mexicanos tienen un plus, corren con ventaja. Tienen a la madre: la Guadalupana quiso visitar estas tierras y eso nos da la certeza de tener su intercesión para que este sueño llamado familia no se pierda por la precariedad y la soledad. Ella está siempre dispuesta a defender nuestras familias, nuestro futuro; está siempre dispuesta a «echarle ganas» dándonos a su Hijo. Por eso, los invito a tomarnos las manos y decir juntos: Dios te salve María….»
Con información de Radio Vaticano
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