Singapur (Martes, 16-02-2016, Gaudium Press) La Arquidiócesis de Singapur publicó una reflexión titulada «Renunciaré a mí mismo en Cuaresma» para recordar a los fieles el sentido profundo de los sacrificios y penitencias que tradicionalmente se llevan a cabo durante el tiempo de preparación para la Pascua. El texto recuerda que el foco de la reflexión debe ser el retorno de Dios a su lugar de honor en el centro de la vida de los cristianos.
El tiempo de Cuaresma, que inició el Miércoles de Ceniza, es la oportunidad de regresar a Cristo al centro de la vida. Foto: Fr. Lawrence OP. |
«¿A qué va a renunciar en Cuaresma este año?» es la pregunta frecuente entre los católicos de Singapur al inicio de la Cuaresma y es la base de la reflexión del Hno. Nicholas Lye destacada en la página web de la Arquidiócesis. «Voy a renunciar a mí mismo», es la respuesta del religioso, para explicar que éste es el propósito de los ayunos y renuncias propias del tiempo penitencial.
La simple experiencia de saborear un café sin endulzar y el descubrimiento de que su sabor natural había estado oculto por años tras la costumbre de agregarle elementos llevó al Hno Lye a meditar sobre los engaños de la propia percepción de la vida. «Me di cuenta que demasiado frecuentemente me estado enfocando mucho en mí mismo, ya sea en mis éxitos y logros o en mis fallas y debilidades – como lo refleja pensar en que tan ‘exitosamente» mantengo mi ayuno», indicó.
«La Cuaresma no se trata de mí. Se trata de retirar los ‘aditivos’ o las adicciones para que pueda percibir el verdadero sabor de Cristo y de su Amor por mí», expresó el religioso. «Se trata de retirarme de aquello que pensaba que era tan bueno que no podría vivir sin ello y dirigirme más a la Persona para quien quiero vivir». Incluso si se falla en los intentos de cumplir este propósito, se puede acudir a Cristo y su Misericordia para buscar su perdón y la gracia para mejorar.
«A lo que necesito renunciar en Cuaresma, por tanto, es a una preocupación por mí mismo, a través de las prácticas cuaresmales y de autonegación, para ser eventualmente tomado por el Señor, despertado por el aroma fresco de su verdadero amor, y adquirir un nuevo gusto por la vida resucitada hecha Pascua». El redactor concluyó citando las palabras de San Juan Bautista sobre Jesús: «Es preciso que Él crezca y que yo disminuya».
Con información de Arquidiócesis de Singapur.
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