"Necesitamos recuperar la Cuaresma": Cardenal Cañizares

Valencia (Martes, 16-02-2016, Gaudium Press) Recordando que la Cuaresma es un tiempo importante para los cristianos, el Arzobispo de Valencia, Cardenal Antonio Cañizares Llovera, es su más reciente carta semanal ha hecho un llamado para que se recupere este tiempo litúrgico iniciado el pasado 10 de febrero, Miércoles de Ceniza.

«El de Cuaresma es un tiempo especialmente relevante e importante para los cristianos. Ha tenido y debe seguir teniendo un hondo significado espiritual. Necesitamos recuperar la Cuaresma. Tal vez, en no pocos, se ha perdido su gran sentido. La secularización de la sociedad, por una parte, como una especie de carcoma que lo corroe todo, y, por otra, el debilitamiento de la fe en amplios sectores cristianos, han motivado que palidezca la vivencia genuina de la Cuaresma en la conciencia de nuestras gentes», señala el purpurado.

El Arzobispo de Valencia ha recordado que la Cuaresma es «una verdadera escuela de vida cristiana» / Foto: A. Sáiz – Archidiócesis de Valencia.

El Cardenal también reflexiona que este tiempo es «una verdadera escuela de vida cristiana», ya que permite que el hombre se libere de sus cadenas interiores, visión, y pasiones, «para su unificación espiritual, para su educación en la bondad, en la caridad, en el perdón, en la paz, en la reparación del mal realizado, en la esperanza de todos los bienes posibles, en la virtud sincera, en la vida nueva».

Recordando que el periodo cuaresmal es sobre todo penitencial que lleva a la oración, al ayuno y a la penitencia, dice que éstas «son prácticas con la que los fieles quieren despojarse de toda soberbia y disponerse a recibir los dones más grandes y necesarios, entre ellos, y de manera particular, la paz».

Más adelante, señala que «Conversión» es la palabra clave que representa todo el espíritu cuaresmal: «Convertirse significa repensar la vida y la manera de situarse ante ella desde Dios, donde está la verdad; poner en cuestión el propio y el común modo de vivir, dejar entrar a Dios en los criterios de la propia vida, no juzgar ni ver, sin más, conforme a las opiniones corrientes que se dan en el ambiente, sino en conformidad con el juicio y la visión de Dios mismo, como vemos en Jesús».

«Convertirse significa, en consecuencia, ‘obedecer a Dios antes que a los hombres’, no vivir sin más como viven todos, ni obrar como obran todos, no sentirse tranquilos en acciones dudosas, ambiguas o malas por el mero hecho de que otros hacen lo mismo; comenzar a ver la propia vida con los ojos de Dios; buscar, por consiguiente, el bien, la paz, aunque resulte incómodo y dificultoso; no apoyarse en el criterio o en el juicio de muchos de los hombres -y aun de la mayoría- sino sólo en el criterio y juicio de Dios», agrega el Cardenal.

También ha expresado que la invitación a la conversión es un llamado a vivir en el amor de Jesucristo y un apelo «especialmente apremiante a vivir en la paz».

«El Señor mismo ha obrado así, ha venido a traer la paz; su obra de redención trae la reconciliación y la paz en el amor y la justicia. Él espera que el discípulo le siga, cooperando de este modo a la redención del género humano, en estos momentos», escribe el purpurado, quien agrega: «A esta misma oración por la paz, y al ayuno que le es inseparable, nos convoca la santa Cuaresma.

Al concluir la carta el Arzobispo de Valencia encomienda este tiempo cuaresmal a la Madre de Dios, «para que nos conceda pródigamente los dones de su materna bondad y nos ayude a ser una sola familia, en la solidaridad y en la paz».

Con información de Archidiócesis de Valencia.