Bogotá (Viernes, 19-02-2016, Gaudium Press) Muy enriquecedora y productiva ha sido la 100º Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano que concluye este viernes 19 en Bogotá. Así lo expresó Mons. José Daniel Falla, Obispo Auxiliar de Cali y Secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) el pasado miércoles al concluir un encuentro en el que los Obispos reflexionaron sobre el ser y la misión de los ministros ordenados, eje central de la Asamblea.
En entrevista con el Departamento de Comunicaciones de la CEC, el prelado comentó que el encuentro se centró permitió reencontrar la misión de los Obispos y retomar lo que se les pide a cada uno de ellos. «Fue como un manifestar abiertamente lo que hemos encontrado, y luego la luz de la Palabra de Dios para dar unos enfoques y unos caminos de solución, para que finalmente podamos hacer que cada uno de los ministros ordenados estemos reflejando el querer de Dios y estemos cumpliendo de verdad con lo que se espera de cada uno de nosotros», refirió.
La Cien Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano concluye este viernes 19 / Foto: CEC. |
El Secretario General de la CEC, agregó luego: «Ha sido un trabajo enriquecedor. Todos sentimos que tenemos una gran labor para realizar, pero también con la satisfacción de estar trabajando en ello y también haber gastado la vida en aquello que sentimos que es maravilloso, y no tenemos que dejarlo de hacer. Salimos renovados en este análisis. Ha sido un buen examen de conciencia, y qué bueno que lo hayamos hecho durante la Cuaresma. Salimos con ánimos nuevos para incorporar estas líneas de acción en los planes de pastoral».
En la reflexión, los Obispos han hablado de las luces que hoy trae su ministerio. «En cuanto a las luces encontramos que hemos crecido mucho en la identidad que tenemos nosotros como creyentes, como ministros ordenados. Sentimos que cada vez tenemos más certeza de lo que somos nosotros frente a las realidades que van apareciendo a nuestro alrededor. Y eso nos lleva a reconocer que hemos ganado mucho en la comunión entre nosotros», dijo Mons. Falla.
También han hablado de los retos y lo que queda por trabajar: «sentimos que no somos perfectos, y todavía nos falta pulir una serie de realidades. Tenemos que estar más en contacto entre nosotros mismos, porque a veces, por las mismas actividades terminamos trabajando en las Conferencias Episcopales o en algunas reuniones de provincia (…) En ese contacto más frecuente, podremos nosotros ir encontrando mejores caminos para llevar adelante nuestra marcha».
Los trabajos se han centrado en el el ser y misión de los ministros ordenados y en la realidad del país / Foto: CEC. |
Otro de los desafíos es fortalecer la relación con el presbiterio, estrechando más los lazos entre el Obispo y el sacerdote. Sobre esto se refirió el Secretario General de la CEC: «También sentimos que tenemos que involucrarnos un poco más en las realidades de los presbíteros, que son nuestra gran prioridad y no podemos descuidar en ningún momento. Tenemos que propender por una mayor formación de ellos, un seguimiento, un acompañamiento mayor. Porque a veces los obispos nos podemos enredar en una cantidad de cosas que podemos llegar a descuidar lo que es fundamental: nuestros presbíteros».
De ahí, como comentó Mons. Falla, los prelados colombianos han dejado un compromiso: «Estar más cerca de ellos, preocuparnos más por su formación permanente, por su realidad como personas, por la soledad que a veces sienten ellos (…) Ser más compañía, escucharlos más, atenderlos más».
Los Obispos colombianos también han hablado sobre el Diaconado Permanente: «sentimos que se ha ganado mucho, ya en su comprensión. No es un camino fácil, es un ministerio nuevo en Colombia, por lo mismo hay personas que no lo entienden bien, y tratamos de estudiar todo ello con la ayuda de los mismos diáconos que nos acompañaron, pudimos mirar una serie de caminos para fortalecerlos, fortalecer las escuelas de formación, formar más en los seminarios, en los mismos sacerdotes sobre lo que es el ser del diácono, para que entendiéndolo mejor, podamos apoyarlos más y hacer que todos vayamos creciendo como la Iglesia que todos queremos; que es la Iglesia de comunión y participación verdadera».
Con información de la Conferencia Episcopal de Colombia.
Deje su Comentario