Madrid (Viernes, 19-02-2016, Gaudium Press) Bajo el lema «Enviados a reconciliar» la Iglesia en España se prepara para celebrar el Día del Seminario. El evento, que ocurre todos los años en el contexto de la fiesta de San José -que se conmemora el 19 de marzo-, en esta ocasión se realizará el 13 de marzo, para que la jornada no coincida con el domingo de Ramos.
La jornada -enmarcada en el Año Santo de la Misericordia- será ocasión para reflexionar sobre la temática del perdón a partir del Sacramento de la Reconciliación, que es otorgado de manos del sacerdote.
«Enviados a reconciliar» será el lema de esta jornada que ocurre en todas las diócesis españolas en el contexto de la fiesta de San José / Foto: CEE. |
«‘Enviados a reconciliar’, el lema de esta Campaña, además de un componente eminentemente moral de regeneración personal y comunitaria, adquiere hoy la riqueza de una experiencia auténticamente mística: se trata de provocar que el hombre que busca o que simplemente anda perdido en la indiferencia, se encuentre vitalmente con el Dios que nos ha revelado Jesucristo: el Padre de la misericordia, cuyo rostro se ha hecho visible en su Hijo encarnado», recuerda la Comisión Episcopal de Seminario y Universidades de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en la Reflexión Teológica que ha editado con motivo del Día del Seminario.
Lo que se propone es llamar la atención sobre el sacerdote y, por consiguiente, sobre los futuros presbíteros, quienes serán enviados por Dios para continuar su misión en la tierra. Como se expone en la Reflexión Teológica: «El sacerdote es un amigo del Señor llamado a continuar su misión: construir el Reino de Dios. Como el Maestro, el discípulo, que siente su debilidad con acuciante dolor, sabe que su misión se vuelca hacia los más necesitados, para brindarles ‘la primera misericordia de Dios'».
En otro subsidio, esta vez en la catequesis para los adultos que la Comisión de Seminarios y Universidades de la CEE ha dispuesto, se profundiza en el Sacramento de la Reconciliación: «Consciente de nuestras limitaciones, Jesús instituye el sacramento de la reconciliación. En este sacramento otorga al hombre el perdón que nace del amor de Dios y lo capacita para responder al encuentro para el que Dios sale en su búsqueda, aguardando esperanzadoramente que se produzca, pues ‘habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».
En este material también se explica que el perdón, la misericordia, no es algo que se impone: «Si bien es verdad que Dios perdona, también lo es el hecho de que la misericordia divina no se impone. El hombre necesita caer en la cuenta de cómo sus actos y actitudes concretas hacen que le dé la espalda a Dios. Necesita ser consciente de que debe levantarse y volver a la casa del Padre para recibir su abrazo amoroso y misericordioso (…) El sacramento de la reconciliación es una gracia divina que posibilitará el camino de conversión que abarca toda la vida».
Foto: CEE. |
Más adelante también se hace una pregunta: «¿Por qué el sacramento de la reconciliación precisa del sacerdote?». Sobre la cual se responde: «Pues sencillamente porque Cristo quiso continuar su obra de curación y de salvación mediante la Iglesia. Y por ello a ella le deja la fuerza de su Espíritu. Concretamente confía el ministerio de la reconciliación a sus Apóstoles, el cual sigue siendo realizado hoy por sus sucesores, los obispos, y sus colaboradores, los sacerdotes».
Prosiguiendo en el documento, que cita la Bula ‘Misericordiae Vultus’ con la que el Papa convocó el Año de la Misericordia, se explica que «mediante la reconciliación el sacerdote está llamado a ser ‘misericordioso como el Padre’ de una forma privilegiada. El Sacerdote es, en definitiva, ‘el signo y el instrumento del amor misericordioso de Dios con el pecador'».
Igualmente, se pone de manifiesto que la confesión es un regalo para quien pide el perdón de Dios mediante el sacerdote: «Para aquel que se acerca al sacramento de la reconciliación, la confesión es un verdadero regalo divino que le permite caminar hacia Dios sintiendo la paz interior de la que nos habla el Papa. Entonces, cuánto más regalo será para el sacerdote el sentirse enviado por Dios para posibilitar esta reconciliación con los hombres».
La invitación de la Iglesia Española con el Día del Seminario es a dar gracias a Dios por el don del sacerdocio, que es «instrumento de su misericordia»; y es oportunidad para orar por las vocaciones sacerdotales y hacer propio el mandato de «pedir obreros para su mies, testigos misericordiosos del Amor de Dios».
Con información de la Conferencia Episcopal Española.
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