Lima (Martes, 23-02-2016, Gaudium Press) Hace 15 años, y bajo el título de San Camilo de Lellis, Juan Pablo II creaba cardenal a Mons. Juan Luis Cipriani Thorne, ya entonces arzobispo de Lima, que lo era desde 1999.
Siendo Cardenal, Mons. Cipriani ha colaborado en el gobierno de la Iglesia Universal como miembro del Consejo de Cardenales para el estudio de los problemas organizativos y económicos de la Santa Sede; de la Congregación de Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, de la Congregación para la Causa de los Santos; de la Pontificia Comisión para América Latina; es también Consultor de la Congregación para el Clero. Actualmente el Papa Francisco lo nombró como parte del Consejo Económico que asesora al Pontífice en la reforma de la curia vaticana.
Como Arzobispo de Ayacucho, su anterior jurisdicción antes de la de la capital peruana, el purpurado realizó una encomiable labor, elogiada por todos, como por ejemplo lo destaca el ex – Vicepresidente del Perú, Almirante Luis Giampietri: «Hizo una labor impresionante en Ayacucho, en una época muy difícil donde necesitaba tener mucho coraje para sacar el pecho como él lo saco, nunca perdió su espíritu, era un hombre fácil de atender y fácil de llegar».
Aún siendo Arzobispo de Ayacucho, el mundo entero presenció la arriesgada y heroica labor realizada por el purpurado, cuando en 1996 un movimiento terrorista se tomó la casa del embajador del Japón, donde se reunía en esos momentos buena parte del cuerpo diplomático. El entonces Canciller Francisco Tudela declaró acerca de esos hechos: «Tengo enorme aprecio y admiración por el cardenal Cipriani por haberlo visto luchar en su misión pastoral no solo por llevar vidas, sino también intentando salvar almas en el proceso».
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Con información de la Oficina de Comunicaciones del Arzobispado de Lima
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