Ciudad de Guatemala (Miércoles, 24-02-2016, Gaudium Press) La Conferencia Episcopal de Guatemala público un comunicado oficial con motivo de las enmiendas a la Ley Nacional de la Juventud, las cuales transforman los contenidos de la educación sobre sexualidad para introducir » un enfoque científico, de género, derechos humanos y laico». Los prelados advirtieron sobre la importancia de tener en cuenta los principios cristianos y rechazaron el contenido de la norma, la cual afirman» no representan las demandas de los jóvenes guatemaltecos, al menos uno de los cristianos que conforman la inmensa mayoría de este país».
Obispos de Guatemala durante una rueda de prensa. Foto: Conferencia Episcopal de Guatemala. |
Los prelados denunciaron que el llamado enfoque científico «deja fuera el enfoque antropológico, algo totalmente erróneo dado que la persona no es sólo cuerpo sino también tiene una dimensión afectivo-espiritual que no puede desvincularse de la sexualidad». También advirtieron que las iniciativas de educación financiadas frecuentemente con dineros internacionales reducen la visión de la sexualidad, promueven la falta de dominio propio, impulsan la promiscuidad y eventualmente la violencia sexual. Dicho abordaje en otros países «ha tenido efectos contraproducentes».
La Conferencia Episcopal además recordó que la ley aplica a los jóvenes desde los 13 años de edad, momento en que aún están bajo la tutela y responsabilidad de los padres, quienes tienen el derecho de decidir sobre la educación de sus hijos. Asimismo, los prelados rechazaron el uso de «cierta terminología ambigua, propia de la ideología de género», la cual obedece a una visión de la sexualidad «arbitraria, fruto de una construcción social y desvinculada de la ley natural». También pidieron que los recursos públicos que se emplean para esta iniciativa se destinen a las realidades apremiantes del país como la pobreza extrema, la desnutrición y la seguridad.
Los Obispos dedicaron una parte de su comunicado a la enmienda del artículo número 10, el cual establece la promoción de los métodos anticonceptivos y la planificación familiar. El documento recuerda que el estado de Guatemala «protege la vida humana desde su concepción» y la terminología empleada en la enmienda podría abrir la puerta al aborto. De igual manera, los medios propuestos por la enmienda «alientan el libertinaje sexual, la violencia contra la mujer, la irresponsabilidad y el contagio de enfermedades de transmisión sexual».
Los prelados solicitaron a los miembros del parlamento que «eviten promover leyes que causan desorden moral y promuevan actos contrarios a la responsabilidad que debe acompañar a toda decisión humana». Asimismo, afirmaron que «las enmiendas a la ley no representan demandas de los jóvenes guatemaltecos, al menos uno de los cristianos, que conforman la inmensa mayoría de este país, ya que contradice la ley natural y las enseñanzas de la demora que orientan la vida de todo cristiano coherente». La Iglesia se comprometió a continuar su labor pastoral motivando a la juventud y a los padres de familia, a quienes destacó como primeros educadores invitados a formar a sus hijos con una libertad responsable.
Con información de Conferencia Episcopal de Guatemala
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