Singapur (Martes, 01-03-2016, Gaudium Press) Como parte de la preparación espiritual de los creyentes para la conmemoración del Misterio Pascual, la Arquidiócesis de Singapur publicó en su página web un artículo sobre el significado y beneficios espirituales del llamado de Cristo a cargar la propia cruz. En el texto, el P. Luke Fong rechazó la mentalidad actual que rechaza cualquier incomodidad y sentimiento de culpa, llegando al extremo de buscar como bueno lo escandaloso o nocivo.
El P. Fong, inspirado en el libro «Jesús: una Peregrinación» del sacerdote James Martin, resumió seis significados y beneficios de aceptar las propias dificultades y limitaciones, al aplicar el mandato de Cristo: «Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y me siga».
Cargar nuestra cruz nos ayuda a profundizar
El primer significado de este seguimiento es «aceptar que el sufrimiento es parte de nuestras vidas», recordó el sacerdote. «Estamos en una gran negación sobre esta verdad, y cuando vemos las cruces en nuestras vidas tratamos de orar para alejarlas o para que tomen otras formas que creemos serán mucho más manejables». El autor aconsejó aceptar realidades como la frustración, la decepción, el dolor o el infortunio, ya que si no son aceptadas no las podremos cargar sin amargura.
Un segundo sentido del cargar la cruz es luchar contra la tendencia de transmitir nuestra amargura a otros. Esta inclinación es común y puede ser sutil. «Cargar la cruz no nos da permiso de imponer tristeza y cargas a los otros», recordó el P. Fong. «Jesús, en el camino al Calvario no tuvo nada de eso en su corazón. Cargar la cruz, afirmó como tercer punto de su escrito. permite al creyente dejar que ciertas partes de él mueran, a través de la renuncia a lo que parece atractivo pero conduce a la ruptura y la falsedad. Consecuentemente, y como cuarto aspecto, cargar la cruz es esperar la resurrección, ya que la vida no termina en lo temporal. «Necesitamos esperar, alimentar la virtud de la paciencia, aceptar estas sinfonías inconclusas de nuestras vidas», indicó.
El quinto aspecto de cargar la cruz destacado por el P. Fong es «ver como regalos las cosas que no esperamos». Dios no nos concede en muchas ocasiones las cosas que pedimos, sino las cosas que necesitamos, por lo que aunque tengamos una noción de la forma de resurrección que esperamos en nuestras cruces, en realidad debemos estar abiertos a la sorpresa para descubrir la acción de Dios. Finalmente, cargar la cruz es creer que nada es imposible para Dios. «No importa qué tipo de sufrimiento estamos enfrentando», afirmó el P. Fong. «La fe en desear cargar la cruz con una energía como la de Cristo necesariamente significa que aceptamos que Dios es más grande que nuestra débil imaginación humana. Poder vivir en confianza incluso en esos oscuros momentos es creer en la resurrección».
Con información de Arquidiócesis de Singapur.
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