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Ciudad del Vaticano (Viernes, 04-03-2016, Gaudium Press) Hoy, al recibir en la Sala Regia del Palacio Apostólico a los participantes del curso de Fuero Interno, realizado por la Penitenciaría Apostólica, el Papa Francisco hizo una meditación sobre la confesión como expresión eximia de la misericordia de Dios. El Curso se dirige a sacerdotes y a seminaristas que recibirán próximamente la ordenación, y tiene como fin formar a los ministros para una correcta administración del Sacramento de la Penitencia.
Esta edición del curso se desarrolla bajo el tema «Pongamos en el centro con convicción el Sacramento de la reconciliación», viene ocurriendo desde el 29 de febrero y concluye hoy.
Tras hacer importantes consideraciones sobre el ejercicio de la misericordia del Padre, el Pontífice destacó que el poder del Señor, que se manifiesta en la capacidad de perdonar los pecados, establece que «el Sacramento de la Reconciliación es el lugar privilegiado para hacer experiencia de la misericordia de Dios y celebrar la fiesta del encuentro con el Padre».
Cada absolución es un jubileo del corazón que alegra al fiel y a la Iglesia y lo que inclina a «que el confesor sea también un canal de alegría», que pueda liberar de culpas el corazón oprimido de los fieles. El confesor -instrumento de la misericordia de Dios- debe tener en ese ministerio específico de la reconciliación, «una actitud de fe humilde y generosa», interiorizando como modelos, por ejemplo, a San Leopoldo Mandic y a San Pío de Pietrelcina.
En una época marcada «por el individualismo y la tentación de encerrarse en sí mismo», el Papa instó a los asistentes al Palacio Apostólico a ser «custodios y jamás dueños de las ovejas y de la gracia», poniendo en el centro el Sacramento de la confesión.
El Papa concluyó sus palabras agradeciendo el valioso servicios de la Penitenciaría Apostólica.
Con información de Radio Vaticano
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