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Manaos – Amazonas (Martes, 08-03-2016, Gaudium Press) Más de 600 fieles venidos de las 12 comunidades que pertenecen a la Parroquia dedicada a San Benito, en Manaos, participaron en este sábado 5 de la primera peregrinación del Año Santo de la Misericordia convocado por el Papa Francisco.
La programación comenzó por la mañana, a las 6:00 horas, con la oración del Ave María, preparando a los peregrinos para la caminata. Después, hubo la división de los grupos de peregrinos, que partieron en un trayecto iniciado en el barrio de la Ciudad Nueva en la zona norte hasta la BR 174 – km 15. De allá, prosiguieron con destino a la Hacienda de la Esperanza.
Entonando cánticos y rezando el Santo Rosario, los peregrinos fueron acogidos por el Obispo Emérito de Manaos, Mons. Mario Pasqualotto, así como por el Padre Vinícius, responsable por la Hacienda en la arquidiócesis y por los jóvenes internos que viven en el lugar.
Luego hubo la celebración eucarística presidida por Mons. Mario Pasqualotto y concelebrada por el padre Cristoffer, párroco de la Iglesia San Benito.
De acuerdo con la coordinadora de la peregrinación, Hermana Valeria, la caminata por ocasión al Año Santo de la Misericordia sirvió para la profundización de la experiencia personal de cada fiel con la misericordia de Dios. «Nosotros hicimos esa peregrinación para santificar al pueblo de Dios, donde aprovechamos esa oportunidad que el Papa Francisco nos ofreció de vivir este año Santo de la Misericordia», resaltó.
Ya el párroco de San Benito, Padre Cristoffer, hizo un balance respecto a esta peregrinación. «Estoy bien feliz con todo lo que ocurrió, un equipo se preparó e hizo un bello trabajo, ya oí testimonios de personas que van a retornar para sus comunidades y que fueron sensibilizadas por esa experiencia, pues queremos con la gracia de Dios, ser misericordiosos con el Padre».
En el momento considerado central de la caminata, la Santa Misa, Mons. Mario Pasqualotto comentó acerca del amor y la misericordia de Dios por cada ser humano.
«Dios es maravilloso, él nos ama incluso cuando no merecemos, el amor de él es gratuito por nosotros, él es un Padre amoroso. Precisamos reconocer nuestras debilidades, no ser soberbios, pues el amor se manifiesta en un corazón humilde y misericordioso», enfatizó. (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Manaos
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