Palo (Martes, 15-03-2016, Gaudium Press) El P. Felix Ebacitas, exorcista de la Arquidiócesis de Palo, Filipinas, y párroco de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en Marasbaras, Tacloban, recordó cómo su parroquia fue providencialmente preservada durante el supertifón Yolanda – Haiyán de 2013. El sacerdote acredita la protección celestial a la Adoración Eucarística que se practica habitualmente en el templo.
Templo de Nuestra señora de la Medalla Milagrosa en Marasbaras, Tacloban, Filipinas. Foto: Philippine Information Agency. |
Por su ministerio de exorcista, el sacerdote es frecuentemente cuestionado si realizó algún tipo de exorcismo en el día del desastre para proteger el templo. El presbítero ofrece otra respuesta, según relató en un retiro de Cuaresma cuyo contenido fue divulgado por CBCP News. «Ustedes saben, el secreto es que cada jueves desde que llegué a Marasbaras tuvimos una Hora Santa, incluyendo la noche anterior a que Yolanda (el tifón) llegara, porque fue en viernes».
Además de esta práctica devota, el sacerdote celebró la Eucaristía temprano en el día de llegada del tifón y dejó expuesto el Santísimo en su habitación para orar durante el paso del ciclón. La región donde se ubica el templo, Tacloban, fue una de las más afectadas del país, situación calificada por funcionarios de las Naciones Unidas como «una destrucción en una escala masiva». Mientras el supertifón arrasaba el territorio, «me mantuve orando todo el tiempo no para ser librado, sino implorando al Señor que nos protegiera, mientras la gente estaba llorando en el primer piso llenos de miedo».
El sacerdote insistió en la importancia de tener una adecuada preparación para la oración y reservar un tiempo para disponerse adecuadamente para la Eucaristía. «La vida es una vida de preparación para la Eucaristía y una acción de gracias después de la Eucaristía», explicó el sacerdote, citando a San Josemaría Escrivá.
El templo parroquial de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa no sufrió daños mayores durante el supertifón y no se reportó ninguna muerte en el área de la parroquia. La imagen de la Santísima Virgen entronizada fuera del templo resistió el embate de los vientos a pesar de que los cristales que la protegían se habían roto.
Con información de CBCP News.
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