Ciudad del Vaticano (Martes, 15-03-2016, Gaudium Press) Con la celebración de la Santa Misa en la Capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco dio inicio a sus actividades el martes 15 de marzo.
En su homilía, Francisco habló de la serpiente. Como se sabe, este fue el primer animal citado en el Génesis y el último citado en el Apocalipsis. La serpiente aparece citada cuando la Biblia habla de la historia de la Salvación.
En las Escrituras Sagradas ella aparece como un animal que es símbolo poderoso de daño y, misteriosamente, afirmó el Papa, simboliza también la redención.
Para explicar ese simbolismo misterioso, Francisco recordó la lectura extraída del Libro de los Números y la sumó a un texto del Evangelio de San Juan.
La primera lectura cita el hecho histórico bien conocido del pueblo de Israel que, cansado de caminar por el desierto con poca comida, insulta a Dios y Moisés.
La serpiente aparece aquí con un papel relevante, dos veces.
Ellas son lanzadas desde el cielo contra el pueblo infiel y siembran miedo y muerte a tal punto que la multitud implora a Moisés que pida perdón a Dios.
Pero, entra en escena también otra serpiente: «Dios dice a Moisés: ‘Haz una serpiente abrasadora (de bronce) y colócala como señal sobre una vara; aquel que sea mordido y mire para ella vivirá’. Es misterioso: El Señor no deja a las serpientes morir. Pero si una de ellas hace mal a una persona, que mire para aquella serpiente de bronce y se curará. Elevar la serpiente».
Elevado el hijo del hombre
El verbo «elevar», está en el centro de la confrontación entre Cristo y los fariseos, como está descrito en el Evangelio. En cierto trecho Jesús afirma, dice el Santo Padre: «Cuando hubieres elevado al Hijo del Hombre, entonces sabréis que YO SOY. ‘YO SOY’ es también el nombre que Dios había dado a Sí mismo a Moisés para que comunicase a los israelíes. Y además recuerda el Pontífice, existe aquella expresión: ‘Elevar al Hijo del Hombre’ «.
Misterio de Cristo – Mensaje Profético
Comenta Francisco: «La serpiente, símbolo del pecado. La serpiente que mata. Pero una serpiente que salva. Y este es el Misterio de Cristo. Pablo, hablando de este Misterio, dice que Jesús se vació a sí mismo, humilló a sí mismo, se aniquiló para salvarnos. Y es todavía más fuerte: ‘Se hizo pecado’. Usando este símbolo, se hizo serpiente. Este es el mensaje profético de las Lecturas de hoy. El Hijo del Hombre, que como una serpiente, ‘hecho pecado’, es elevado para salvarnos».
Esta «es la historia de nuestra redención, esta es la historia del amor de Dios. Si nosotros queremos conocer el amor de Dios, miremos al Crucifijo: un hombre torturado».
Concluyendo, el Papa afirma: un Dios que, aniquilándose, destruye para siempre el verdadero nombre del mal, aquel que el Apocalipsis llama «la serpiente antigua»:
«El pecado es obra de Satanás y Jesús vence a Satanás ‘haciéndose pecado’ y de allá nos eleva a todos nosotros. El Crucifijo no es un ornamento, no es una obra de arte, con tantas piedras preciosas, como se ve por ahí: el Crucifijo es el Misterio del ‘aniquilamiento’ de Dios, por amor. Y aquella serpiente que en el desierto profetiza la salvación: elevado y quien quiera que lo mire será curado. Y eso no fue hecho con la varita mágica de un Dios que hace cosas: ¡no! ¡Fue hecho con el sufrimiento del Hijo del Hombre, con el sufrimiento de Jesucristo!». (JSG)
(De la Redacción Gaudium Press, con informaciones RV)
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