Santiago (Lunes, 28-03-2016, Gaudium Press) Con gran gozo se celebró el domingo 27 de marzo en la Catedral Metropolitana, la Santa Misa de Pascua de Resurrección, que fue presidida por el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati. Antes del mediodía cientos de fieles, especialmente familias completas y delegaciones parroquiales, repletaron los escaños del principal templo de la ciudad para compartir en comunidad la alegría de que Jesucristo ha vencido a la muerte.
Al iniciar su mensaje de Pascua, el prelado entregó un jubiloso saludo a los presentes: «En este día de Pascua deseo dirigir mi saludo fraterno, deseándoles que la Pascua del Señor ilumine su corazón de gozo y esperanza. Quiero saludar de manera muy particular a los niños que sus papás han traído a esta celebración de la Eucaristía (…) Qué bueno queridos papás y queridas mamás que hoy los hayan traído para encontrar a aquel que es en verdad el gozo, la alegría, la vida de sus hijos. A Jesús el Señor, en la celebración de esta Pascua».
Y agregó: «Nuestra fe se cimienta en este acontecimiento, en la Pascua del Señor. Porque como afirmaba desde el comienzo el Apóstol Pablo, si Jesucristo no hubiese resucitado, nuestra fe y nuestra esperanza sería inútil».
Dar el paso, profesar la fe en Cristo Resucitado
En su homilía, el cardenal Ezzati destacó, a la luz de las lecturas y del Evangelio, que frente al hecho de la pasión, muerte y resurrección de Cristo es posible distinguir dos actitudes: «La actitud de las mujeres y los dos discípulos es una actitud de fe. Recuerdan la Escritura y las palabras de Jesús que murió en la Cruz por amor, y que por amor el Padre le iba a restituir la vida. Es una fe que pareciera ser fácil, a pesar que en el corazón tenían duda, pero creen en Jesús, dan el salto y profesan la Fe».
En cambio, los peregrinos de Emaús «que habiendo contemplado a Jesús clavado en la cruz, perdieron la esperanza y pensaron que se había acabado todo y volvían a su pueblo para reiniciar la vida de siempre, la de antes de haber conocido al Señor».
«Hoy el Señor no nos condena, ya sea que nos encontremos en uno u otro estadio de nuestro camino de fe. El Señor nos invita a encontrarnos con Él, con su perdón y su paz», agregó el purpurado.
«Comprometernos a construir un mundo más justo, más fraterno y humano»
Al término de su alocución, el pastor de Santiago hizo un llamado a comunicar la gran alegría de la Resurrección de Cristo a nuestros hermanos: «Salgamos de nuestra comodidad, compartamos la experiencia de nuestra fe. Hay tantas personas que esperan no simplemente una palabra humana, de consuelo, de paz. Esperan la palabra viva y eterna de Dios que quiere sanar todas las heridas, que quiere traer paz a nuestra convivencia, que nos invita a mirar al otro, con ojos de hermano, con ojos de misericordia, como Él nos mira a nosotros».
Finalizada la eucaristía, el cardenal Ezzati dialogó con los medios de comunicación. En la oportunidad, expresó que «hemos culminado la celebración de la Semana Santa con la Eucaristía de este domingo. El mensaje es de esperanza en medio tanto dolor y tanta Cruz. El Señor nos dice que ha resucitado y quiere resucitar en el corazón de cada persona y en el corazón de la cultura de hoy, especialmente de quienes sufren, se sienten marginados, se sienten -como dijo el papa Francisco- un descarte de la humanidad. Jesús resucitado nos viene a invitar a comprometernos a construir un mundo más justo más fraterno y humano, donde los grandes valores de la vida de las personas y la sociedad, puedan llegar a ser el objetivo de nuestras preocupaciones y nuestro trabajo».
Con información del Dpto. de Comunicaciones del Arzobispado de Santiago de Chile
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