martes, 03 de diciembre de 2024
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En las Huellas de Santo Tomás, Apóstol de la India Parte II – Llegada a India: S. Tomas sirve a Gondofares, el Rey que quería un palacio terrenal

Redacción (Jueves, 31-03-2016, Gaudium Press) Las comunidades judías de Palestina conocían muy bien la ubicación geográfica de la India, gracias a la febril actividad de la Ruta de la Seda, ya célebre en aquellos días. Se sabía incluso que las naves del rey Salomón, habían obtenido en el sur de la península preciosos cargamentos de marfil, oro, y rarísimas especias. Sumerios, Babilonios y Hebreos se referían a la India por el arameo ‘Hendo’, que en boca de los persas originó el vocablo ‘Hindu’. Griegos y Romanos, a su vez, escribieron páginas célebres sobre las riquezas, secretos y misterios del subcontinente y es en ruta hacia allí que, en el episodio anterior, dejamos a Santo Tomás viajando con el mercader Habban, rumbo Tierras del rey Gondofares, siguiendo una peligrosa ruta marítima cercada de peligros y de las permanentes amenazas de los elementos.

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Santuario Nacional de Santo Tomás, Madrás, Tamil Nadu, India

Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press

Narra la tradición que Tomás y Habban llegaron al puerto de Cranganore, hoy Kodungallur, en el suooeste de la India, en el año 52. Un próspero mercado de la Antigüedad, Cranganore se especializaba en el comercio de animales exóticos, maderas raras y especias como el jengibre, el cinamo, y la pimienta, apodada por los ávidos comerciantes de la época con el sugestivo nombre de ‘Oro Negro’. De allí, viajaron a Mylapore, cerca de Madrás, donde finalmente se presentaron al poderoso Rey Gondofares.

Santo Tomás acepta el encargo de construir el nuevo palacio. Una vez decidido el lugar y el diseño, el Apóstol asegura que el palacio se encontrará terminado en seis meses. El Rey, por su parte, le entrega una abundante suma de dinero como adelanto y se retira a visitar otras provincias de sus dominios…

Y el Santo reparte entre los pobres el dinero del palacio…

El Santo, en cambio, en vez de construir el palacio, decide distribuir el dinero a los pobres y necesitados del reino. Viaja por varias partes de la India, -algunos aseguran que llega hasta la propia China-, y al cabo de seis meses, regresa para encontrarse con Gondofares.

El monarca lo recibe furibundo y demanda explicaciones del porqué no hay todavía ni vestigios del proyectado palacio. El apóstol replica que, en verdad, el palacio ha sido construido y terminado, según los designios del Rey. Pero – pequeño detalle-, no puede verse, porque se encuentra construido en el Reino de los Cielos. Indignado por lo que cree ser una estafa, el rey coloca a Tomás y a Habban en cadenas, y los lanza en un calderón de aceite hirviendo, del que salen milagrosamente indemnes por intervención divina. No sabiendo qué hacer, el indignado monarca los arroja en una de sus mazmorras, pero su atención se ve obligada a volverse hacia una tragedia de familia: su hermano Gad acaba de ser sorprendido por una muerte repentina…

En semejante perspectiva, podríamos pensar que la misión de Santo Tomás habría llegado a su fin: encarcelado y al punto de ser ejecutado por un cruel y despótico rey, nuestro apóstol no parece tener salida humana para la difícil situación en que se encuentra. Sin embargo, mantiene su fe imperturbable; lejos de darse por vencido, Santo Tomas es el Apóstol intrépido que sabe poner su confianza en el Rey Celestial cuya Divinidad ha proclamado para siempre: «Señor mío y Dios Mío»…

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Gruta de Santo Tomás Apóstol, Santuario de Santo Tomás, Madrás, Tamil Nadu, India

Foto: Gustavo Kralj

Pero volvamos a nuestra historia. Gad, el fallecido hermano del rey, es llevado por un ángel al Reino de los Cielos, donde le son mostrados los palacios más fabulosos e inimaginablemente paradisiacos que allí se encuentran. Uno, en particular, se destaca entre todos por su belleza incomparable,y paredes de oro tachonadas de diamantes y piedras preciosas. Gad desea comprarlo, pero el ángel le dice que no es posible pues ya tiene dueño y está reservado. Ese palacio, es el que ha sido construido por el Apóstol Santo Tomás… ¡para el Rey Gondofares!

Gad, entonces, pide permiso para retornar al mundo de los vivos, y poder hablar con su hermano. Resucitando milagrosamente, Gad narra a su hermano Gondofares todo lo ocurrido, la historia del Palacio construido en el otro mundo… Gondofares libera inmediatamente al apóstol, acepta la nueva religión y ambos hermanos son bautizados por Santo Tomas. Habiendo convertido al rey y a su hermano, el apóstol se retira a Kerala, en la costa Oeste de la India, donde permanece hasta el año 69. Según las tradiciones locales, en ese período, Tomás fundó 7 Iglesias, y convirtió unas 18 mil personas, que formaron las primeras comunidades de la naciente Cristiandad indiana, firmemente establecida y que perdura hasta nuestros días.

Sin embargo, una de las partes más apasionantes de la Vida del Santo, tendrá lugar en su viaje a Madrás, en el lado este de la península, frente al golfo de Bengala… Allí, emprenderá la evangelización más dificultosa de su vida, que lo llevará a afrontar peligros y persecuciones letales. Pero de eso trataremos en nuestro próximo episodio.

Por Gustavo Kralj

 

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