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Montevideo (Jueves, 31-03-2016, Gaudium Press) Mons. Alberto Sanguinetti, Obispo de Canelones, Uruguay, pidió un «mayor respeto por la libertad religiosa» ante las críticas a la solicitud de la Arquidiócesis de Montevideo de instalar una imagen de la Santísima Virgen en la Rambla. El prelado invocó el principio de la «diversidad» frecuentemente empleado en decisiones gubernamentales para explicar el adecuado entendimiento de la laicidad estatal, que «ha sido usado por determinados grupos mayoritariamente contra la religión que asocia a una gran parte de la población, la Iglesia Católica».
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| Cientos de familias congregadas para el Rosario de las Familias en Montevideo, en el lugar donde se sugirió instalar una estatua de la Santísima Virgen. Foto: CEU. |
El Obispo denunció que la laicidad «se ha usado la ‘laicidad’ como un veto absoluto a toda presencia pública de lo religioso en la vida de la sociedad organizada» y como un instrumento para «obstaculizar la presencia católica en la vida del país». También afirmó que numerosos símbolos son expuestos en espacios públicos sin que susciten controversia y que solamente los símbolos religiosos son proscritos del espacio público. «¿Algunas personas, asociaciones o ideas tienen un derecho que es denegado a otros?», cuestionó.
Los argumentos en favor de la imagen
Por su parte, la Arquidiócesis de Montevideo publicó una elaborada lista de aclaraciones en medio del debate público en las cuales se recuerda que la iniciativa surgió de un grupo de ciudadanos laicos y que se congrega desde hace cinco años en el espacio público para orar el Rosario por las Familias. La intención de instalar una imagen de la Santísima Virgen «no es fruto de una estrategia pensada y menos aún de un deseo de apropiarse de un espacio». De igual manera, recordaron varios argumentos por los cuales la Madre de Jesús es una figura de extraordinaria trascendencia cultural y religiosa, vinculada a la historia del país.
«La Virgen María es una persona histórica, madre de Jesús de Nazaret», recordó la Arquidiócesis. «En la tradición cristiana ella es la criatura humana más importante, más santa, símbolo de la pureza, la maternidad, la humildad, el coraje de quien estuvo al pie de la cruz de su Hijo, y acompañó luego a la comunidad cristiana naciente. Para muchos es un signo de consuelo y esperanza. Es obviamente una figura religiosa venerada por la inmensa mayoría de los cristianos, de un modo especial por la Iglesia Católica Romana y las Iglesias ortodoxas de oriente».
Sobre el carácter nacional de la devoción a la Santísima Virgen, el comunicado recordó que desde los nombres mismos de diversos puntos de la geografía hasta relevantes hechos históricos están vinculados a su memoria. «Desde una visión histórica resulta innegable la devoción mariana de nuestros héroes patrios, comenzando por Artigas. El pueblo cristiano, después de los hechos de 1825, comenzó a llamar «Virgen de los Treinta y Tres» a una pequeña imagen de la Virgen que se venera en Florida asociándola con la Cruzada de 1825 y la declaratoria de la independencia».
«Estos argumentos históricos solo quieren recordar que la tradición cristiana es parte de lo que somos como nación», recordó la Arquidiócesis. «La Iglesia Católica concretamente ha contribuido y continúa contribuyendo a la construcción de la sociedad, no como un factor externo a la misma, sino como parte integrante del entramado social. Pero además, como elemento fundante, con otros, de nuestro ser nacional, más allá de las vicisitudes de nuestro particular proceso secularizador». La Iglesia recordó el «intento sistemático» de eliminar la presencia cristiana en la dimensión pública durante casi 80 años y afirmó que la presencia de una imagen mariana en el espacio público es una expresión de diversidad y recta laicidad del estado que permite a sus ciudadanos expresar libremente el hecho religioso.
Con información de AICA y Conferencia Episcopal del Uruguay.
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