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Bangalore – India (Viernes, 31-04-2016, Gaudium Press) Con el título «Hay todavía fuertes indicios que el P. Tom Uzhunnali esté vivo», la ANS, Agencia de información salesiana desmiente rumores de su muerte, rumores vehiculados sobre todo en internet. La noticia denuncia que falsos rumores circulan, por así decir, de manera casi incontrolable en la web, sobre la situación del P. Uzhunnali.
El Padre Mathew Varkote, Secretario de la Provincia salesiana de Bangalore, India, es el responsable por la misión salesiana en Yemen. Él afirma que según Monseñor Paul Hinder, Vicario Apostólico para Arabia del Sur y la principal fuente de información, hay fuertes indicios que el P. Tom Uzhunnalil, que fue secuestrado el día 4 de marzo de 2016 en Yemen, está vivo, no habiendo nada que indique lo contrario.
Informa el P. Matew que el Ministro de Negocios extranjeros en la India, escribió en su twitter, sábado pasado, una nota diciendo que su ministerio está realizando todos los esfuerzos para obtener la libertad del P. Tom.
Hay también una carta escrita por el Ministro al diputado M. Jose K. Mani, con el mismo tenor. Sobre los rumores «incontrolables» que circulan en la web, el P. Matew dice que están bien conscientes de lo que pasa en el mundo virtual, pero que eso huye al control de la realidad de los acontecimientos. Se han hechos desmentidos y también apelos públicos sobre esos falsos mensajes. Se ha pedido no publicar o replicar esos falsos rumores, pero casi sin éxito. Ellos pueden comprometer los esfuerzos en curso para salvar la vida del rehén.
«Eso nos crea una dificultad, pues tenemos que lidiar con nuevas voces venidas de dentro o fuera del país», dice el P. Matew.
En lo que se refiere a la familia del P. Tom, hay un contacto permanente con sus hermanos y parientes más próximos. Ellos sufren mucho y están ansiosos y al mismo tiempo inquietos, sobre todo cuando reciben novedades sin fundamento de los medios sociales y vehículos de comunicación tradicionales. Nosotros les aseguramos que no medimos esfuerzos para obtener la liberación del religioso, concluye el P. Matew. (PJH)
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